6/07/2019, 23:37
—¿Ayudó a construirlo, señor? —preguntó Eri, llena de curiosidad—. La verdad es que se ve majestuoso por dentro, estoy impresionada, no había visto algo así en mi vida.
Y aquella reacción satisfizo enormemente al ego del trabajador, que infló el pecho aún más:
— Oh, no, no, no. Yo sólo me encargo de conducir a este pequeñín y controlar que todo vaya como la seda. De la construcción se encargaron los expertos de Amegakure, con ayuda de varios de vuestros compañeros, por supuesto. Ahora, si me disculpáis, terminaré los preparativos. Poneos cómodos, enseguida zarparemos.
Y, dicho esto, giró sobre sus talones y abandonó el vagón por la puerta que había en uno de los dos extremos del pasillo, de camino a la cabeza del ferrocarril, supuso Ayame.
—¿Crees que sea un trabajo fácil el de hoy? —preguntó Mogura, que se había sentado justo enfrente de Ayame.
Ella se encogió de hombros.
—Bueno, si nuestras misiones son la misma... En teoría sólo tenemos que sentarnos aquí y viajar hasta Ushi. No tendría por qué pasar nada... ¿No? ¿Creéis que alguna banda de bandidos se atrevería a asaltar este trasto como si fuera una caravana normal y corriente? —preguntó ella en aquella ocasión, refiriéndose a ambos.
Y aquella reacción satisfizo enormemente al ego del trabajador, que infló el pecho aún más:
— Oh, no, no, no. Yo sólo me encargo de conducir a este pequeñín y controlar que todo vaya como la seda. De la construcción se encargaron los expertos de Amegakure, con ayuda de varios de vuestros compañeros, por supuesto. Ahora, si me disculpáis, terminaré los preparativos. Poneos cómodos, enseguida zarparemos.
Y, dicho esto, giró sobre sus talones y abandonó el vagón por la puerta que había en uno de los dos extremos del pasillo, de camino a la cabeza del ferrocarril, supuso Ayame.
—¿Crees que sea un trabajo fácil el de hoy? —preguntó Mogura, que se había sentado justo enfrente de Ayame.
Ella se encogió de hombros.
—Bueno, si nuestras misiones son la misma... En teoría sólo tenemos que sentarnos aquí y viajar hasta Ushi. No tendría por qué pasar nada... ¿No? ¿Creéis que alguna banda de bandidos se atrevería a asaltar este trasto como si fuera una caravana normal y corriente? —preguntó ella en aquella ocasión, refiriéndose a ambos.