16/07/2019, 05:42
Apenas pudieron abrirse paso el par de Inuzukas hasta la arena. El lugar estaba bastante abarrotado, la barbacoa estaba siendo todo un éxito, al menos en lo que respecta a participación. Para cuando habían puesto las zarpas en la arena, o en su caso para el otro las sandalias, un grito les dio la bienvenida al lugar. Ambos miraron rápidamente hacia el lugar del que procedía aquél grito, con la certeza de haber reconocido al ejecutor del saludo. No, no se equivocaron por mucho, se trataba de Daigo.
—¡Heeey! ¿Qué tal Daigo? ¿cómo que andas por aquí? ¿también te han arrastrado? jajajaja
Mirasen a donde mirasen, tenían a mucha gente a todos lados. Aunque a decir verdad, cuanto más se adentraban en la arena, menos gente había. La mayoría se arremolinaba en torno a las barbacoas, cerca del chiringuito o bien en el agua. Quizás los que más disfrutaban eran los últimos mencionados, que vigorosos chapoteaban o nadaban, cargados de risas. Los otros, pues se divertían seguramente, pero de otra manera. Los había de esos que disfrutaban comiendo como si no hubiese un mañana, los había de esos que prefieren estar en tediosas charlas mundanas, o de esos que preferían estar tumbados tomando el sol. En fin, había de todo en esa playa.
Tan solo esperaba no encontrarse al resto de adeptos del dojo, con Daigo era distinto pues había una amistad y una pequeña historia antes... pero el resto... lo último que deseaba en ese instante era verse rodeado de personas. Por suerte o por desgracia, había playa para huir en dicho caso. Además, si le conocían, podrían achacarlo a que quería entrenar un poco más, nadie pensaría lo contrario.
—¡Heeey! ¿Qué tal Daigo? ¿cómo que andas por aquí? ¿también te han arrastrado? jajajaja
Mirasen a donde mirasen, tenían a mucha gente a todos lados. Aunque a decir verdad, cuanto más se adentraban en la arena, menos gente había. La mayoría se arremolinaba en torno a las barbacoas, cerca del chiringuito o bien en el agua. Quizás los que más disfrutaban eran los últimos mencionados, que vigorosos chapoteaban o nadaban, cargados de risas. Los otros, pues se divertían seguramente, pero de otra manera. Los había de esos que disfrutaban comiendo como si no hubiese un mañana, los había de esos que prefieren estar en tediosas charlas mundanas, o de esos que preferían estar tumbados tomando el sol. En fin, había de todo en esa playa.
Tan solo esperaba no encontrarse al resto de adeptos del dojo, con Daigo era distinto pues había una amistad y una pequeña historia antes... pero el resto... lo último que deseaba en ese instante era verse rodeado de personas. Por suerte o por desgracia, había playa para huir en dicho caso. Además, si le conocían, podrían achacarlo a que quería entrenar un poco más, nadie pensaría lo contrario.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~