10/08/2019, 06:39
Al final, el Yotsuki logró encontrar lo mejor entre lo peor. El barrio bajo no era tan malo cómo podían pintarlo, que de hecho, era básicamente normal. Simplemente eran familias trabajadoras, que se partían la espalda día a día para salir adelante. De hecho , fue justamente en un negocio montado por algunos de sus habitantes que logró hallar refugio, siendo un pequeño hotel que si bien no tenía ni la mitad de prestigio que cualquiera de los del barrio alto, se le notaba cómodo y hogareño, casi cómo si sus huéspedes fuesen parte de la familia.
Era por ahí, que estaba maquinando su siguiente jugada. "Debería ir en primer lugar al mentado museo, aunque desconozco exactamente cómo preguntar sobre el tema... No tengo edad para que me hagan caso, que si al menos tuviese una chapita plateada en el hombro quizás me prestarían mayor atención. Vaya mierda, mejor almorzaré y luego veré que hago." Suspiró.
Luego de un tiempo, las Aburame escucharían tres suaves golpecitos a su puerta, acompañadas por una voz.
—Servicio a la habitación— se escuchó la voz de una jovencita desde el otro lado de la puerta sin atreverse siquiera a tocar el pomo de la puerta. —El almuerzo estará listo dentro de poco. Pueden bajar al restaurante cuando gusten o si lo desean lo traeremos personalmente.
Era por ahí, que estaba maquinando su siguiente jugada. "Debería ir en primer lugar al mentado museo, aunque desconozco exactamente cómo preguntar sobre el tema... No tengo edad para que me hagan caso, que si al menos tuviese una chapita plateada en el hombro quizás me prestarían mayor atención. Vaya mierda, mejor almorzaré y luego veré que hago." Suspiró.
***
Luego de un tiempo, las Aburame escucharían tres suaves golpecitos a su puerta, acompañadas por una voz.
—Servicio a la habitación— se escuchó la voz de una jovencita desde el otro lado de la puerta sin atreverse siquiera a tocar el pomo de la puerta. —El almuerzo estará listo dentro de poco. Pueden bajar al restaurante cuando gusten o si lo desean lo traeremos personalmente.