12/08/2019, 22:23
Ayame no pudo devolverle la broma y quedó colorada como un tomate. Mogura no le dio mayor importancia a la situación y siguió a la jounin hasta la puerta.
Sus reflejos probablemente no estarían tan afilados como los de las féminas y sería esa la razón por la cual sería el último de los tres en proteger su mirada del vendaval que se abrió paso en el vagón cuando la pelirroja abriese la puerta a la conexión entre estos.
—¡Eri, ten cuidado, por favor!
Exclamó Ayame. Eri apreció con detalle la realidad de la situación y, mirando por encima de su hombro, Mogura hizo lo mismo. No pudo evitar entonces en llevar una mano hasta su cabeza y arreglar su peinado, quizas algun cabello se le habría escapado con aquella ventisca que entró pero probablemente fuese una clara muestra de incomodidad.
—Prestad atención por donde pisáis chicos.
El médico se limitó a asentir con un gesto de su cabeza mientras la escoltaba por detras hasta la salida del recinto.
—No creo que sea recomendable cruzar sino uno a la vez.
Comentario quizas lo suficientemente obvio para todos.
—Estamos detrás suyo, Uzumaki-san.
Agregó el médico, en caso de que fuese necesario llegar a intervenir de alguna manera en el cruce. La cuestión era, quien seguía a Eri. ¿Sería prudente enviar primero a Ayame o prefería dejarla pasar a lo último? No estaba del todo seguro con cual opción se sentía mas incomodo.
Sus reflejos probablemente no estarían tan afilados como los de las féminas y sería esa la razón por la cual sería el último de los tres en proteger su mirada del vendaval que se abrió paso en el vagón cuando la pelirroja abriese la puerta a la conexión entre estos.
—¡Eri, ten cuidado, por favor!
Exclamó Ayame. Eri apreció con detalle la realidad de la situación y, mirando por encima de su hombro, Mogura hizo lo mismo. No pudo evitar entonces en llevar una mano hasta su cabeza y arreglar su peinado, quizas algun cabello se le habría escapado con aquella ventisca que entró pero probablemente fuese una clara muestra de incomodidad.
—Prestad atención por donde pisáis chicos.
El médico se limitó a asentir con un gesto de su cabeza mientras la escoltaba por detras hasta la salida del recinto.
—No creo que sea recomendable cruzar sino uno a la vez.
Comentario quizas lo suficientemente obvio para todos.
—Estamos detrás suyo, Uzumaki-san.
Agregó el médico, en caso de que fuese necesario llegar a intervenir de alguna manera en el cruce. La cuestión era, quien seguía a Eri. ¿Sería prudente enviar primero a Ayame o prefería dejarla pasar a lo último? No estaba del todo seguro con cual opción se sentía mas incomodo.
Hablo - Pienso