La conversación al inicio era ininteligible, perola curiosidad de la muchacha le animó para acercarse, nos in tener una coartada en caso de preguntaran por su presencia ahí. Teniendo ya todo listo y estando una distancia prudente, podría escuchar la conversación de los presentes.
—...Pues no está mal la decoración, pero creo que está muy vacío el sitio. No tenía intención de gastar demasiado, pero al parecer tendré que desembolsar un poco más para una ligera remodelación del restaurante. Se siente algo apagado el ambiente— tomó una calada del aromático humo dulce de su pipa. —Espero señor chef, que la comida esté a la altura— Remató.
—¡Claro Kokona-dono! Puede pasar al mesón si así lo desea para degustar, le prometo que no va a sentirse decepcionada y su satisfacción está garantizada— Juntó el dedo índice con el pulgar y lo agitó de arriba abajo, aseverando sus palabras mientras inflaba el pecho como palomo.
—Excelente~ De inmediato la mujer y sus dos escoltas se dieron la vuelta mientras uno de los meseros se adelantaba para asistirla.
Fue entonces, que la de ojos ámbar reparó en la presencia de la muchacha, alzando las cejas con duda y asombro.
—¿Te conozco? Espera, ¡te conozco! ¿En Tanzaku Gai verdad?— sonrió.
—...Pues no está mal la decoración, pero creo que está muy vacío el sitio. No tenía intención de gastar demasiado, pero al parecer tendré que desembolsar un poco más para una ligera remodelación del restaurante. Se siente algo apagado el ambiente— tomó una calada del aromático humo dulce de su pipa. —Espero señor chef, que la comida esté a la altura— Remató.
—¡Claro Kokona-dono! Puede pasar al mesón si así lo desea para degustar, le prometo que no va a sentirse decepcionada y su satisfacción está garantizada— Juntó el dedo índice con el pulgar y lo agitó de arriba abajo, aseverando sus palabras mientras inflaba el pecho como palomo.
—Excelente~ De inmediato la mujer y sus dos escoltas se dieron la vuelta mientras uno de los meseros se adelantaba para asistirla.
Fue entonces, que la de ojos ámbar reparó en la presencia de la muchacha, alzando las cejas con duda y asombro.
—¿Te conozco? Espera, ¡te conozco! ¿En Tanzaku Gai verdad?— sonrió.