20/08/2019, 17:46
—P- ¿Podría yo dejar mi equipaje e-en mi habitación por mientras? ¿Por favor? —balbuceó Ranko.
Y el recepcionista, tras contar y guardar cuidadosamente el dinero en la caja registradora correspondiente, asintió varias veces con amabilidad.
—¡Por supuesto, por supuesto! —dijo, tendiéndole una llave, en cuyo llavero se podía leer el número 208—. Su habitación es la 208. Subiendo por las escaleras de allí hasta el segundo piso, al final del pasillo[/sub] —le indicó, señalando unas escaleras de madera que se encontraban a la derecha de la recepción.
Ayame se despidió con una respetuosa inclinación de cabeza, y dejó que Ranko se acercara a ella.
—E-es un lugar muy mono… ¡Gracias p-por enseñármelos, Ayame-san! Y pa… parece que en realidad les gustan… ahm… las calabazas. Mucho. Creo.
—[color=dodgerblue]¿Verdad? Es un lugar bastante acogedor, creí que te gustaría. ¿Quieres que te acompañe a tu habitación o prefieres ir tú sola? —le preguntó. Después de todo, lo último que quería era invadir la privacidad de la kunoichi de Kusagakure.
Y el recepcionista, tras contar y guardar cuidadosamente el dinero en la caja registradora correspondiente, asintió varias veces con amabilidad.
—¡Por supuesto, por supuesto! —dijo, tendiéndole una llave, en cuyo llavero se podía leer el número 208—. Su habitación es la 208. Subiendo por las escaleras de allí hasta el segundo piso, al final del pasillo[/sub] —le indicó, señalando unas escaleras de madera que se encontraban a la derecha de la recepción.
Ayame se despidió con una respetuosa inclinación de cabeza, y dejó que Ranko se acercara a ella.
—E-es un lugar muy mono… ¡Gracias p-por enseñármelos, Ayame-san! Y pa… parece que en realidad les gustan… ahm… las calabazas. Mucho. Creo.
—[color=dodgerblue]¿Verdad? Es un lugar bastante acogedor, creí que te gustaría. ¿Quieres que te acompañe a tu habitación o prefieres ir tú sola? —le preguntó. Después de todo, lo último que quería era invadir la privacidad de la kunoichi de Kusagakure.