1/09/2019, 16:30
—Sí, gracias por ayudarme —asintió Eri, algo azorada.
La jonin se adentró en el vagón, inspeccionándolo minuciosamente, pero todo estaba como debería estar en teoría. No había nada fuera de lugar o que pudiera levantar ninguna sospecha por parte de los shinobi por lo que, en cuanto al interior del vehículo, parecía que la misión iba a ir, literalmente, sobre ruedas.
—¿Cómo crees que sea la vista desde ahí, Ayame? —preguntó Mogura, desde el fondo del vagón.
Pero Ayame le miró sin comprender.
—¿Desde ahí? —repitió, ladeando la cabeza—. ¿A qué te refieres?
La jonin se adentró en el vagón, inspeccionándolo minuciosamente, pero todo estaba como debería estar en teoría. No había nada fuera de lugar o que pudiera levantar ninguna sospecha por parte de los shinobi por lo que, en cuanto al interior del vehículo, parecía que la misión iba a ir, literalmente, sobre ruedas.
—¿Cómo crees que sea la vista desde ahí, Ayame? —preguntó Mogura, desde el fondo del vagón.
Pero Ayame le miró sin comprender.
—¿Desde ahí? —repitió, ladeando la cabeza—. ¿A qué te refieres?