2/09/2019, 23:08
—Tenlo por seguro, encargaré de que este lugar quede DI-VI-NO— rió suavemente. —Nos vemos entonces esta tarde— Alzó su mano suavemente para despedirse mientras su guardaespaldas se mantenían atrás observando partir a la muchacha con ojos de recelo.
»Esta tarde creo que no será necesario que vengan, no quiero incomodarla.
Las guardias se quedaron estupefactas, pero se limitaron a asentir con una reverencia a la orden, sin rechistar.
A aquella hora de la tarde, no había tanta gente cómo al medio día. Curiosamente, la que sería su acompañante no tardaría en hacerse presente al lugar, siendo que también había cambiado su look por una mucho más formal.
Siempre con su coqueto caminar, llegó con un vestido blanco de manga corta y faldón en pliegues cortos, en contraparte a sus ropajes tradicionales. Vestía una bufanda de piel armiño y unos guantes blancos que completaban el conjunto que se reflejaban tan pulcros cómo el propio mármol de la estancia, miemetizándose con el lugar. Remataba sobre su cabeza un elegante sombrero de dama, decorado con un cinto naranja y una rosa de imitación del mismo tono. Portaba un bolso que oh sorpresa, también era blanco, con incrustaciones doradas.
—Oh vaya, parece que ambas tuvimos la misma idea— Se acercó y tapó su boca para reír. —Te preguntaría si no te hice esperar mucho, aunque realmente las dos vinimos temprano— Se encogió de hombros. —Ay, ese conjunto te luce estupendo— Se llevó palma a la mejilla mientras elevaba las comisuras de sus labios pintados de naranja. —Influye mucho tu porte, cómod icen por ahí, da igual que te pongas media vez tengas la actitud.
—¿Quieres ir primero a una cafetería aquí en el centro de la ciudad o vamos directamente a la boutique?
»Esta tarde creo que no será necesario que vengan, no quiero incomodarla.
Las guardias se quedaron estupefactas, pero se limitaron a asentir con una reverencia a la orden, sin rechistar.
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A aquella hora de la tarde, no había tanta gente cómo al medio día. Curiosamente, la que sería su acompañante no tardaría en hacerse presente al lugar, siendo que también había cambiado su look por una mucho más formal.
Siempre con su coqueto caminar, llegó con un vestido blanco de manga corta y faldón en pliegues cortos, en contraparte a sus ropajes tradicionales. Vestía una bufanda de piel armiño y unos guantes blancos que completaban el conjunto que se reflejaban tan pulcros cómo el propio mármol de la estancia, miemetizándose con el lugar. Remataba sobre su cabeza un elegante sombrero de dama, decorado con un cinto naranja y una rosa de imitación del mismo tono. Portaba un bolso que oh sorpresa, también era blanco, con incrustaciones doradas.
—Oh vaya, parece que ambas tuvimos la misma idea— Se acercó y tapó su boca para reír. —Te preguntaría si no te hice esperar mucho, aunque realmente las dos vinimos temprano— Se encogió de hombros. —Ay, ese conjunto te luce estupendo— Se llevó palma a la mejilla mientras elevaba las comisuras de sus labios pintados de naranja. —Influye mucho tu porte, cómod icen por ahí, da igual que te pongas media vez tengas la actitud.
—¿Quieres ir primero a una cafetería aquí en el centro de la ciudad o vamos directamente a la boutique?