7/09/2019, 03:22
—Calor y picante no es una buena combinación, por lo menos para mi, no sé cómo los participantes gozan con ese reto...— dije recordando la ronda que acababa de culminar —. Aunque al parecer a ti como que sí te place...— agregué cuando escuché el pedido del muchacho.
—Para mi es todo.
«Espero que Onome no se olvide de mi»
Cuando aquel pensamiento se esfumó de mi mente, como enviada por los dioses, la cocinera apareció con un gran tazón de ramen, lo cargaba con ambas manos, tenía un gesto plácido en su rostro que cambió rápidamente al ver a mi acompañante —Se me hace agua la boca con tan solo olerle este delicioso platillo — dije ansiosa al ver mi almuerzo. Mi estómago rugió exigiendo un bocado del mismo y mis mejillas se enrojecieron de la pena, esperaba que el ruido del ambiente hubiese mitigado y que nadie reparase en aquel incómodo sonido.
—Tenlo por seguro— ella recuperó su sonrisa y yo le devolví una de agradecimiento. Onome no solo había traído mi almuerzo, sino que ahora me entregaba lo que venía a buscar, sacó una pequeña bolsa de uno de sus bolsillos y la acercó tanto como pudo a mi, solo tuve que estirar el brazo y abrir mi mano —. Estará complacido, muchas gracias.
Uní mis manos para agradecer por la comida y luego agarré los palillos, la anfitriona seguía justo frente a mi, pero su atención estaba puesta en Kouji, desde mi lugar observé toda la conversación disfrutando de un buen bocado del cerdo seguido de uno de huevo y fideos.
«Hay que ver... También le gusta la vaina» lancé una mirada acusadora para el Amejin en cuanto hizo su petición, pero no dije nada, Onome supo responder y no hubo ninguna insistencia por parte del joven. Mis orbes se conectaron con los de la cocinera en cuanto su atención volvió a mi, terminé de tragar otra porción de fideos —. Por su puesto, espero encontrarte entre todo este gentio.
—¿Por qué hiciste eso?— reproché en cuanto la mujer se encontraba lo suficientemente lejos.
—Para mi es todo.
«Espero que Onome no se olvide de mi»
Cuando aquel pensamiento se esfumó de mi mente, como enviada por los dioses, la cocinera apareció con un gran tazón de ramen, lo cargaba con ambas manos, tenía un gesto plácido en su rostro que cambió rápidamente al ver a mi acompañante —Se me hace agua la boca con tan solo olerle este delicioso platillo — dije ansiosa al ver mi almuerzo. Mi estómago rugió exigiendo un bocado del mismo y mis mejillas se enrojecieron de la pena, esperaba que el ruido del ambiente hubiese mitigado y que nadie reparase en aquel incómodo sonido.
—Tenlo por seguro— ella recuperó su sonrisa y yo le devolví una de agradecimiento. Onome no solo había traído mi almuerzo, sino que ahora me entregaba lo que venía a buscar, sacó una pequeña bolsa de uno de sus bolsillos y la acercó tanto como pudo a mi, solo tuve que estirar el brazo y abrir mi mano —. Estará complacido, muchas gracias.
Uní mis manos para agradecer por la comida y luego agarré los palillos, la anfitriona seguía justo frente a mi, pero su atención estaba puesta en Kouji, desde mi lugar observé toda la conversación disfrutando de un buen bocado del cerdo seguido de uno de huevo y fideos.
«Hay que ver... También le gusta la vaina» lancé una mirada acusadora para el Amejin en cuanto hizo su petición, pero no dije nada, Onome supo responder y no hubo ninguna insistencia por parte del joven. Mis orbes se conectaron con los de la cocinera en cuanto su atención volvió a mi, terminé de tragar otra porción de fideos —. Por su puesto, espero encontrarte entre todo este gentio.
—¿Por qué hiciste eso?— reproché en cuanto la mujer se encontraba lo suficientemente lejos.
Hablo (Aquamarine)
«Pienso»
Akito (Teal)
Naoko (Lightcoral)
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