19/09/2019, 10:00
—Perdón, perdón, perdón. ¿Eso era un Ninjutsu? ¡Cielo santo! He visto cosas increíbles de los ninjas, pero nada parecido.
No añadí nada. Saber que tal vez yo nunca sorprendiera a nadie de esa manera dolía casia mas que la sangrante herida del Baikunai. Pensaba que lo había superado pero...
Los pasos retumbantes de Katsudon que se escucharon acercase a lo lejos me sacaron de mis pensamientos depresivos. ¿Como podía ser algunas veces completamente sigiloso y otras tan ruidoso?
—¡Cielo santo! ¡Reiji-kun! ¿¡Estás bien!?
—He tenido días peores, creo.
—Ugh, ¿le ha dado en algún punto vital?
—Creo que no, de puro milagro —pero aún así salia mucha sangre—. Está consciente, Katsudon-san, pero no muy espabilado.
—Lo de no ser espabilado viene incluido con el pack Reiji, lo pone en la etiqueta, justo debajo de donde pone descerebrado.
—No le culpo. Chico, cuidaremos de ti. —Mientras él no me aplastara la herida como lo había hecho Yuuna, todo iría de maravilla, pensé mientras katsudon se dirigía a los ninjas de la aldea del copo de nieve—. Nunca había visto el símbolo de estas bandanas. Es un copo de nieve. ¿Yukigakure, sería, tal vez? No recuerdo que nunca haya habido una Yukigakure.
—¿Una nueva aldea? —Claro, ahora las aldeas ninja aparecían en Oonido como setas. Dentro de poco veríamos ninjas con una rana en la bandana.
—¿Y no nos hemos enterado? —por eso las villas eran Aldeas ocultas,¿No?—. Mal asunto. Muy pero que muy mal asunto. A Hanabi-kun le va a dar algo con tantas cosas. Primero lo de los Generales de Kurama. Luego, lo de Uchiha Akame. Y ahora esto. —Sin olvidar que la seguridad de uzushiogakure era pesima ultimamente, al parecer cualquiera podia entrar—. No encuentro nada que me de otra pista de dónde vienen.
—Coge sus armas y bandanas y envialas a Hanabi, dile que se las deje a mi padre, quizás pueda saber algo por el metal con el que están fabricadas.
No una localización exacta, pero igual si podría deducir al menos de donde venia ese metal, y lo normal, es que fabriques armas con metal que tienes cerca de tu aldea, ¿No?
—A todo esto... Katsudon, se que tu si sabes técnicas de fuego, te vi encender una hoguera con Katon. Calienta el filo de algún arma, por favor.
No añadí nada. Saber que tal vez yo nunca sorprendiera a nadie de esa manera dolía casia mas que la sangrante herida del Baikunai. Pensaba que lo había superado pero...
Los pasos retumbantes de Katsudon que se escucharon acercase a lo lejos me sacaron de mis pensamientos depresivos. ¿Como podía ser algunas veces completamente sigiloso y otras tan ruidoso?
—¡Cielo santo! ¡Reiji-kun! ¿¡Estás bien!?
—He tenido días peores, creo.
—Ugh, ¿le ha dado en algún punto vital?
—Creo que no, de puro milagro —pero aún así salia mucha sangre—. Está consciente, Katsudon-san, pero no muy espabilado.
—Lo de no ser espabilado viene incluido con el pack Reiji, lo pone en la etiqueta, justo debajo de donde pone descerebrado.
—No le culpo. Chico, cuidaremos de ti. —Mientras él no me aplastara la herida como lo había hecho Yuuna, todo iría de maravilla, pensé mientras katsudon se dirigía a los ninjas de la aldea del copo de nieve—. Nunca había visto el símbolo de estas bandanas. Es un copo de nieve. ¿Yukigakure, sería, tal vez? No recuerdo que nunca haya habido una Yukigakure.
—¿Una nueva aldea? —Claro, ahora las aldeas ninja aparecían en Oonido como setas. Dentro de poco veríamos ninjas con una rana en la bandana.
—¿Y no nos hemos enterado? —por eso las villas eran Aldeas ocultas,¿No?—. Mal asunto. Muy pero que muy mal asunto. A Hanabi-kun le va a dar algo con tantas cosas. Primero lo de los Generales de Kurama. Luego, lo de Uchiha Akame. Y ahora esto. —Sin olvidar que la seguridad de uzushiogakure era pesima ultimamente, al parecer cualquiera podia entrar—. No encuentro nada que me de otra pista de dónde vienen.
—Coge sus armas y bandanas y envialas a Hanabi, dile que se las deje a mi padre, quizás pueda saber algo por el metal con el que están fabricadas.
No una localización exacta, pero igual si podría deducir al menos de donde venia ese metal, y lo normal, es que fabriques armas con metal que tienes cerca de tu aldea, ¿No?
—A todo esto... Katsudon, se que tu si sabes técnicas de fuego, te vi encender una hoguera con Katon. Calienta el filo de algún arma, por favor.