19/09/2019, 13:01
Creo que me perdería si estuviera solo.
Estábamos paseando por los laberínticos pasillos de aquel palacio cuando el tipo quiso romper un poco el silencio y dar algo de lo que hablar, supongo que soltando lo primera que se le había pasado por la cabeza.
— La verdad es que yo no lo creo, sino que tengo la certeza
«Incluso a mí me está costando saber por donde vamos»
Y probablemente fuese así, pero apareció Yamauchi para salvarnos un poco de aquella manera.
—Juro-san. Yota-san —anunció—. Gyou-dono requiere de vuestra presencia. —
Si, de pronto las miradas se fueron hacia mí, como si esperasen que tuviera que decir algo, pero no era necesario, me miraban por otra cosa, porque tenían miedo de que volviese a liarla con el Daimyo. Era muy consciente. en cualquier caso, no dije absolutamente nada, me limite a seguir a Yamauchi hasta el lugar en donde el Daimyo nos esperaba. Para mi sorpresa, allí estaba ese puto chucho endemoniado. Yomi. Me recibió con una gruñido que por el momento era bastante leve. Traté de omitirlo como si nada e hice una reverencia dirigida al hombre por el que estábamos allí aquel día.
—¡Aquí están! ¡Mis Héroes! ¡Mis Campeones! ¡Mis ninjas de Kusagakure! —anunció el viejo grandiosamente—. Ay, qué dos ninjas más bien aveníos, sí señor! —El hombre detuvo un instante la mirada sobre Yota—. Joven, ¿nos conocemos de algo?
—¡Oh, Gyou-sama! ¡Tienes usted la agenda muy apretada! —intervino Yamauchi con apremio, al rescate—. ¿No será mejor que vaya al grano, eminencia?
—Por... supuesto. ¡Claro que sí, leñe! —El hombre golpeó los reposabrazos del trono. Se hizo daño—. Ay, ay. Bueno, a ver. Que quiero hostias. Sangre. ¡Pasión! ¡Nada de combates prefabricaos! Hay que darle un buen espectáculo a tol asunto este.
»Aunque me preocupa que el jounin le pegue una paliza al genin. Nos podrían haber mandao a una pareja algo más... equilibrada. —Sonrió.
No pude evitar ladear ligeramente el rostro y mostrarle a Juro una sonrisa pícara. Todavía recordaba la conversación de la noche anterior. Pero Juro prefirió hacer de mayor y contestar a aquel hombre que había sacado conclusiones muy precipitadas tan solo basándose en nuestros rangos shinobi.
— No se preocupe, Gyou-sama. Aunque mi compañero obstente ese rango, es perfectamente capaz de ofrecer una buena pelea — aseguro Juro, con otro gesto de cortesía —. Le aseguro que no le decepcionaremos.
— La verdad es que es todo un honor estar aquí, Gyou-sama. Le agradezco yo también su hospitalidad. ¿Quién iba a decirme a mí que yo estaría aquí sirviendo a mi país? Desde luego si me lo hubieran dicho no me lo hubiera creído. Así que me esforzaré al máximo para ofrecer el mayor de los espectáculos posibles. Tampoco tengo dudas de que un shinobi como Juro también estará a la altura del acontecimiento
Me detuve durante unos momentos, alzandome y recuperando la verticalidad tras la posición de reverencia.
— Pero debo pedir que no me subestime. El año pasado, durante el Torneo de los Dojos, en el Valle de los Dojos, ya vencí a mi compañero en en combate oficial. Ambos hemos mejorado desde entonces pero no tengo dudas de que podría volver a vencerle
Estábamos paseando por los laberínticos pasillos de aquel palacio cuando el tipo quiso romper un poco el silencio y dar algo de lo que hablar, supongo que soltando lo primera que se le había pasado por la cabeza.
— La verdad es que yo no lo creo, sino que tengo la certeza
«Incluso a mí me está costando saber por donde vamos»
Y probablemente fuese así, pero apareció Yamauchi para salvarnos un poco de aquella manera.
—Juro-san. Yota-san —anunció—. Gyou-dono requiere de vuestra presencia. —
Si, de pronto las miradas se fueron hacia mí, como si esperasen que tuviera que decir algo, pero no era necesario, me miraban por otra cosa, porque tenían miedo de que volviese a liarla con el Daimyo. Era muy consciente. en cualquier caso, no dije absolutamente nada, me limite a seguir a Yamauchi hasta el lugar en donde el Daimyo nos esperaba. Para mi sorpresa, allí estaba ese puto chucho endemoniado. Yomi. Me recibió con una gruñido que por el momento era bastante leve. Traté de omitirlo como si nada e hice una reverencia dirigida al hombre por el que estábamos allí aquel día.
—¡Aquí están! ¡Mis Héroes! ¡Mis Campeones! ¡Mis ninjas de Kusagakure! —anunció el viejo grandiosamente—. Ay, qué dos ninjas más bien aveníos, sí señor! —El hombre detuvo un instante la mirada sobre Yota—. Joven, ¿nos conocemos de algo?
—¡Oh, Gyou-sama! ¡Tienes usted la agenda muy apretada! —intervino Yamauchi con apremio, al rescate—. ¿No será mejor que vaya al grano, eminencia?
—Por... supuesto. ¡Claro que sí, leñe! —El hombre golpeó los reposabrazos del trono. Se hizo daño—. Ay, ay. Bueno, a ver. Que quiero hostias. Sangre. ¡Pasión! ¡Nada de combates prefabricaos! Hay que darle un buen espectáculo a tol asunto este.
»Aunque me preocupa que el jounin le pegue una paliza al genin. Nos podrían haber mandao a una pareja algo más... equilibrada. —Sonrió.
No pude evitar ladear ligeramente el rostro y mostrarle a Juro una sonrisa pícara. Todavía recordaba la conversación de la noche anterior. Pero Juro prefirió hacer de mayor y contestar a aquel hombre que había sacado conclusiones muy precipitadas tan solo basándose en nuestros rangos shinobi.
— No se preocupe, Gyou-sama. Aunque mi compañero obstente ese rango, es perfectamente capaz de ofrecer una buena pelea — aseguro Juro, con otro gesto de cortesía —. Le aseguro que no le decepcionaremos.
— La verdad es que es todo un honor estar aquí, Gyou-sama. Le agradezco yo también su hospitalidad. ¿Quién iba a decirme a mí que yo estaría aquí sirviendo a mi país? Desde luego si me lo hubieran dicho no me lo hubiera creído. Así que me esforzaré al máximo para ofrecer el mayor de los espectáculos posibles. Tampoco tengo dudas de que un shinobi como Juro también estará a la altura del acontecimiento
Me detuve durante unos momentos, alzandome y recuperando la verticalidad tras la posición de reverencia.
— Pero debo pedir que no me subestime. El año pasado, durante el Torneo de los Dojos, en el Valle de los Dojos, ya vencí a mi compañero en en combate oficial. Ambos hemos mejorado desde entonces pero no tengo dudas de que podría volver a vencerle
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa