27/09/2019, 18:19
—Apenas un par de horas. Pero será mejor que subamos, imagínate que estamos a punto de chocar.
¡¿APENAS UN PAR DE HORAS?! ¿De verdad en "apenas un par de horas" ninguno de los dos se había dado cuenta de que nadie pilotaba el barco? Era un milagro que el barco no hubiera chocado ya...
Quise darme un cabezazo con alguna pared cercana, pero ya estaba bastante malherido.
—Oh, no, eso sería horrible.
—¡DIOS MÍO, ESTAMOS A PUNTO DE CHOCAR!
Oh no. Por todos los dioses, no. Aquella no era la muerte que me merecía. Yo tenia que morir en el campo de batalla, luchando contra algún enemigo poderoso, de forma épica y heroica.
Por suerte, Katsudon fue bastante rápido y de un salto, subió a la cabina, y con toda su fuerza bruta, dio un giro al barco que nos hizo caer a Yuuna y a mi al suelo, para seguidamente arrastrados hasta que la barandilla se interpuso entre nosotros y él mar.
El dolor me recorrió todo el cuerpo recordándome por que habíamos llegado a aquella situación. Quise morderme la lengua, pero de nuevo, ya estaba bastante malherido.
—Gracias.
Dije cuando Yuuna me ayudo a levantarme. Me hubiera gustado poder hacerlo solo, pero no estaba recuperado del todo, y sabia que forzar mi cuerpo supondría recuperarme mas lentamente.
Tras ponernos de pie, subimos a la cabina de mando. Allí Katsudon manejaba el barco, pero temblaba como si fuera una gelatina. Estaba mal, pero aquello me hizo un poco de gracia, sobretodo por que a Katsudon seguro que le gustaban los postres.
Por otro lado, había una brujula y un mapa super raro allí. Al parecer, Katsudon y Yuuna tampoco sabían utilizarlo.
—Creo que lo mas sensato seria parar en la primera isla que encontremos y buscar a alguien que sepa manejar esto.
¡¿APENAS UN PAR DE HORAS?! ¿De verdad en "apenas un par de horas" ninguno de los dos se había dado cuenta de que nadie pilotaba el barco? Era un milagro que el barco no hubiera chocado ya...
Quise darme un cabezazo con alguna pared cercana, pero ya estaba bastante malherido.
—Oh, no, eso sería horrible.
—¡DIOS MÍO, ESTAMOS A PUNTO DE CHOCAR!
Oh no. Por todos los dioses, no. Aquella no era la muerte que me merecía. Yo tenia que morir en el campo de batalla, luchando contra algún enemigo poderoso, de forma épica y heroica.
Por suerte, Katsudon fue bastante rápido y de un salto, subió a la cabina, y con toda su fuerza bruta, dio un giro al barco que nos hizo caer a Yuuna y a mi al suelo, para seguidamente arrastrados hasta que la barandilla se interpuso entre nosotros y él mar.
El dolor me recorrió todo el cuerpo recordándome por que habíamos llegado a aquella situación. Quise morderme la lengua, pero de nuevo, ya estaba bastante malherido.
—Gracias.
Dije cuando Yuuna me ayudo a levantarme. Me hubiera gustado poder hacerlo solo, pero no estaba recuperado del todo, y sabia que forzar mi cuerpo supondría recuperarme mas lentamente.
Tras ponernos de pie, subimos a la cabina de mando. Allí Katsudon manejaba el barco, pero temblaba como si fuera una gelatina. Estaba mal, pero aquello me hizo un poco de gracia, sobretodo por que a Katsudon seguro que le gustaban los postres.
Por otro lado, había una brujula y un mapa super raro allí. Al parecer, Katsudon y Yuuna tampoco sabían utilizarlo.
—Creo que lo mas sensato seria parar en la primera isla que encontremos y buscar a alguien que sepa manejar esto.