2/10/2019, 17:02
(Última modificación: 2/10/2019, 17:03 por Taka Kisame.)
Kisame escuchó al chico con atención, como siempre hacía. No solía ser de mucho hablar, pero, al parecer este chico hablaba por los codos, así que pensó que, al menos, debía contestarle a todas las preguntas para no ser descortés. No tenía amigos de verdad y, quien sabe, quizás este chico podría ser uno. Caminaba al paso de Karamaru mientras se acercaban a la casa de la señora a buen ritmo.
-He tenido alguna que otra experiencia, pero no remunerada. Esta es, oficialmente mi primer encargo, así que espero que todo salga bien -Comentó mirándole fugazmente a la cara para después continuar -Seguramente será cualquier cosa banal, espero que no se complique mucho, a pesar de que muchas supersticiones no son mentira, en este caso suena a malentendido en toda regla -Finalizó el de Amegakure.
Sus pasos les llevaron poco a poco hasta la casa de aquella señora. Era una casa bastante lujosa al parecer, se notaba que tenía bastante dinero. Simplemente miró a Karamaru con intenciones de decirle que llamase y se dirigiese él a la señora, se notaba que tenía mejores habilidades sociales que él mismo, y además le daba mucha vergüenza.
-Hey compañero, deberías hablar tú, a mi no se me dan bien estas cosas -Comentó, para después picar a la puerta con relativa fuerza, de manera que se escuchara bien desde cualquier punto de la casa.
-He tenido alguna que otra experiencia, pero no remunerada. Esta es, oficialmente mi primer encargo, así que espero que todo salga bien -Comentó mirándole fugazmente a la cara para después continuar -Seguramente será cualquier cosa banal, espero que no se complique mucho, a pesar de que muchas supersticiones no son mentira, en este caso suena a malentendido en toda regla -Finalizó el de Amegakure.
Sus pasos les llevaron poco a poco hasta la casa de aquella señora. Era una casa bastante lujosa al parecer, se notaba que tenía bastante dinero. Simplemente miró a Karamaru con intenciones de decirle que llamase y se dirigiese él a la señora, se notaba que tenía mejores habilidades sociales que él mismo, y además le daba mucha vergüenza.
-Hey compañero, deberías hablar tú, a mi no se me dan bien estas cosas -Comentó, para después picar a la puerta con relativa fuerza, de manera que se escuchara bien desde cualquier punto de la casa.