4/10/2019, 19:47
Ranko actuó de inmediato. No era demasiado rápida, pero el estado de trance en el que estaban sumidos los tres hombres les impidió reaccionar contra la ofensiva de la kunoichi-conejo, que se arrojó contra el hombre de los explosivos. Ante los estupefactos ojos de Ayame, la de Kusagakure lanzó su pierna izquierda en una sucesión de patadas tan rápida que convirtió su extremidad en apenas un borrón, cada golpe sonando como una piedra contra una pared. El hombre recibió aquella acometida y se vio impulsado hacia atrás, completamente inconsciente, pero Ranko actuó para evitar que cayera al suelo y lo arrastró con cuidado hacia la puerta. Ayame, con un gesto con su cabeza y esperando que su compañera la entendiera, le indicó que lo sacara fuera.
Mientras tanto, los otros dos hombres estaban prácticamente sobre ella. Y Ayame tuvo que moverse, veloz como un relámpago. Su voz se cortó de golpe, y sus manos se entrelazaron inmediatamente en un curioso sello. Los dos bandidos salieron de la ilusión, profundamente confundidos, pero antes de que terminaran de despertar, un clon surgió junto a ella. La verdadera barrió a uno de los bandidos, que cayó al suelo con estrépito, y se apresuró a cerrar unas esposas en torno a sus muñecas.
La réplica de Ayame parecía tener algunos problemas, pues el otro bandido se había armado con una especie de aparato rectangular que echaba chispas, y la muchacha retrocedía, recelosa.
Mientras tanto, los otros dos hombres estaban prácticamente sobre ella. Y Ayame tuvo que moverse, veloz como un relámpago. Su voz se cortó de golpe, y sus manos se entrelazaron inmediatamente en un curioso sello. Los dos bandidos salieron de la ilusión, profundamente confundidos, pero antes de que terminaran de despertar, un clon surgió junto a ella. La verdadera barrió a uno de los bandidos, que cayó al suelo con estrépito, y se apresuró a cerrar unas esposas en torno a sus muñecas.
La réplica de Ayame parecía tener algunos problemas, pues el otro bandido se había armado con una especie de aparato rectangular que echaba chispas, y la muchacha retrocedía, recelosa.