7/10/2019, 16:29
«¿Acaba de decir dormitorio?» La cara del muchacho casi se desencaja por la sorpresa.
Siguió al encargado. El tipo parecía simpático, y ciertamente acostumbrado a tratar con gente boquiabierta. Kazui no sabía si la ruta normal para pasajeros incluía ese pequeño tour por el que los estaba llevando. La atmósfera que rodeaba el tren era extraña. El genin nunca se había sentido tan fuera de lugar como en ese momento. Y estamos hablando de palabras mayores, para alguien que no encaja en casi nada.
El paseo por el tren incluyó un restaurante encajado de alguna manera en ese vehículo, un montón de asientos que parecían cómodos, y por último, la hilera de habitaciones que parecía ser el destino de los 3.
Tras despedirse, y dejar las indicaciones correspondientes a los nuevos viajeros, Kazui entró a la que sería su habitación, tras su compañero. La pequeña estancia cumplia con la lista de exigencias que cualquier viajero pudiera tener. O eso es lo que parecía, y eso al menos era lo que pensaba el joven. Normalmente había viajado en carreta, así que esto era desde luego una mejora notable.
— Si… es bastante curioso… - dijo mirando al techo.
Cuando el joven de pelo blanco se dirigió a él, se dio cuenta. «Mierda, ¡no me he presentado!» Bajo la mirada para encontrar a la de su improvisado acompañante. Aquel joven de pelo blanco, piel oscura y ojos grises, sería su compañero en este viaje. Lo mejor era llevarse bien, y eso comenzaba por presentarse como es debido.
—¡Oh! Mi nombre es Kazui. Perdona que no te dijera nada. Aún estoy asimilando… bueno, esto – dijo haciendo un aspaviento con sus manos. — ¿Tu habías viajado antes así?
Seguramente no era de buena educación avasallar a preguntas, pero la curiosidad le pudo.
Siguió al encargado. El tipo parecía simpático, y ciertamente acostumbrado a tratar con gente boquiabierta. Kazui no sabía si la ruta normal para pasajeros incluía ese pequeño tour por el que los estaba llevando. La atmósfera que rodeaba el tren era extraña. El genin nunca se había sentido tan fuera de lugar como en ese momento. Y estamos hablando de palabras mayores, para alguien que no encaja en casi nada.
El paseo por el tren incluyó un restaurante encajado de alguna manera en ese vehículo, un montón de asientos que parecían cómodos, y por último, la hilera de habitaciones que parecía ser el destino de los 3.
Tras despedirse, y dejar las indicaciones correspondientes a los nuevos viajeros, Kazui entró a la que sería su habitación, tras su compañero. La pequeña estancia cumplia con la lista de exigencias que cualquier viajero pudiera tener. O eso es lo que parecía, y eso al menos era lo que pensaba el joven. Normalmente había viajado en carreta, así que esto era desde luego una mejora notable.
— Si… es bastante curioso… - dijo mirando al techo.
Cuando el joven de pelo blanco se dirigió a él, se dio cuenta. «Mierda, ¡no me he presentado!» Bajo la mirada para encontrar a la de su improvisado acompañante. Aquel joven de pelo blanco, piel oscura y ojos grises, sería su compañero en este viaje. Lo mejor era llevarse bien, y eso comenzaba por presentarse como es debido.
—¡Oh! Mi nombre es Kazui. Perdona que no te dijera nada. Aún estoy asimilando… bueno, esto – dijo haciendo un aspaviento con sus manos. — ¿Tu habías viajado antes así?
Seguramente no era de buena educación avasallar a preguntas, pero la curiosidad le pudo.