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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Era una tarde apagada, lúgubre, y extraña. Extraña porque aún era verano, pero el otoño estaba tan cerca que ya los tiempos estaban mutando. Y hablando de mutar, la frondosa vegetación del Bosque de los Hongos también lo hacía. Su fauna, extensa y desconocida; cambiaba. En un proceso de adaptación que existía desde tiempos inmemorables.

Puede que los lugareños estuvieran acostumbrados a esos cambios. A que, por ejemplo, las hortensias cambiaban de color y por tanto, era difícil distinguirla de una hydra venenosa. Kincho, no obstante, era un hombre ajeno a un país como aquél. Él, que venía del País del Viento, un tipo nacido y criado en el mismísimo desierto, tenía que estar acostumbrado a otras cosas.

Allí, a mitad del claro, lucía casi que perdido. Vislumbraba unos matorrales, tratando de decidir si aquello era comestible, o no.

Pero: ¿quién era Kincho?

Kincho era un hombrecito bastante alto, delgado, y porqué no; un poco moreno. Su piel lucía pequeñas marcas acaecidas por el inclemente sol que hacía en su tierra natal de Inaka. Llevaba una especie de turbante que protegía su cabeza, un chaleco color arena y unos pantalones oscuros que hacía juego con sus sandalias cerradas. Tenía los ojos verdes, la nariz ligeramente chueca y de su oreja colgaba un pendiente.
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Mensajes en este tema
En búsqueda de provisiones - por Umikiba Kaido - 12/10/2019, 17:12


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