16/10/2019, 19:28
Kincho oteó el botín y sonrió, con el rostro agobiado de una agradable sorpresa. Claro que era falsa desde luego porque internamente pensaba otra cosa de tan desinteresado ofrecimiento.
«Uhm, este cabrón seguro me quiere envenenar»
—Sería mucho pedir que me diera usted sus provisiones, joven Daigo. Pero tengo una grandiosa idea. Si, grandiosa. Sé que cerca de estos caminos hay una ciudad, de ilustres casones rudimentarios construidos en lo más alto de vuestras copas de árboles. No pensaba visitar tan magnánima infraestructura pero si puede usted guiarme hasta allá, y así sea de paso obtener alimento y agua para el resto del viaje. Qué dice?
«Uhm, este cabrón seguro me quiere envenenar»
—Sería mucho pedir que me diera usted sus provisiones, joven Daigo. Pero tengo una grandiosa idea. Si, grandiosa. Sé que cerca de estos caminos hay una ciudad, de ilustres casones rudimentarios construidos en lo más alto de vuestras copas de árboles. No pensaba visitar tan magnánima infraestructura pero si puede usted guiarme hasta allá, y así sea de paso obtener alimento y agua para el resto del viaje. Qué dice?