19/10/2019, 17:44
La decepción era visible (y audible) en Ayame. Ranko sintió retortijones de la vergüenza. Se encogió anímicamente, y se sintió diminuta.
"¡Aaaaah! ¡Es el peor momento para cometer errores! ¡Ranko, tonta, tonta!"
La Amejin decidió no decirle nada directamente, solo asignarle el ir a buscar al hombre de nuevo. Ranko, ansiosa por reivindicarse, asintió al instante y salió de la posada de nuevo. Dio un par de rápidas zancadas y, cuando estuvo lo suficientemente lejos para no afectar ninguna estructura, un salto, luego concentró chakra en sus piernas para dar una patada doble al suelo al caer.
—¡Hitoshin!
La tierra se resquebrajó al dar un potente salto en dirección al sitio donde había colocado al hombre, avanzando un tramo de varios metros velozmente. Por fortuna, había tomado un camino relativamente recto, y no le sería difícil ubicarlo. Si hubiese dado más de un par de giros, tal vez se habría perdido también…
Mientras corría a toda velocidad, pensaba en dos cosas. Primero, maldecía sus piernas, pues eran muy fuertes pero muy lentas. Segundo, se preguntaba cómo había hecho Ayame para someter a los dos criminales y cómo haría para detener a la restante. ¿Sería todo Genjutsu? ¿Usaría Taijutsu como Rōga? ¿Qué elemento usaría? Un pequeño deseo de combate surgió en la Kusajin, aunque pronto lo dejaría a un lado para concentrarse.
En unos segundos debería ver al hombre, recostado en la calle abierta, con ya muchos habitantes alejados.
"Oh, por favor, que no se haya despertado. Que siga inconsciente, por favor… Sin el jutsu de Ayame-san será muy difícil derribarlo..."
"¡Aaaaah! ¡Es el peor momento para cometer errores! ¡Ranko, tonta, tonta!"
La Amejin decidió no decirle nada directamente, solo asignarle el ir a buscar al hombre de nuevo. Ranko, ansiosa por reivindicarse, asintió al instante y salió de la posada de nuevo. Dio un par de rápidas zancadas y, cuando estuvo lo suficientemente lejos para no afectar ninguna estructura, un salto, luego concentró chakra en sus piernas para dar una patada doble al suelo al caer.
—¡Hitoshin!
La tierra se resquebrajó al dar un potente salto en dirección al sitio donde había colocado al hombre, avanzando un tramo de varios metros velozmente. Por fortuna, había tomado un camino relativamente recto, y no le sería difícil ubicarlo. Si hubiese dado más de un par de giros, tal vez se habría perdido también…
Mientras corría a toda velocidad, pensaba en dos cosas. Primero, maldecía sus piernas, pues eran muy fuertes pero muy lentas. Segundo, se preguntaba cómo había hecho Ayame para someter a los dos criminales y cómo haría para detener a la restante. ¿Sería todo Genjutsu? ¿Usaría Taijutsu como Rōga? ¿Qué elemento usaría? Un pequeño deseo de combate surgió en la Kusajin, aunque pronto lo dejaría a un lado para concentrarse.
En unos segundos debería ver al hombre, recostado en la calle abierta, con ya muchos habitantes alejados.
"Oh, por favor, que no se haya despertado. Que siga inconsciente, por favor… Sin el jutsu de Ayame-san será muy difícil derribarlo..."
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