22/10/2019, 15:36
—Bueno, casi no llegamos, casi no llegamos. —Menudo pesimista. ¡Pero si el barco lo manejaba nada menos que el capitán Reiji! Katsudon necesitaba otro viajecito en barco para aprender a ser mas positivo—. Por cierto, ese bicho —Y también necesitaba unas clasecitas de tolerencia hacia los bijuu—: Gyūki te dio algo de su chakra. ¿Notas... algo?
—La verdad es que no... No noto nada raro, ni siquiera noto...¡Espera un momento! —La herida dolía bastante menos. Abrí el Uwagi para comprobar que no había sido un sueño y vaya... Seguía ahí, pero... más curada. —Jolines, sois médicos buenísimos, al principio dolía un huevo, y he bajado a pata del barco pa no hacerme daño al saltar, pero ya no duele.
Pero a parte de eso... Nada más. Si me había dado chakra, pues... pues... pues...ni idea. Tampoco sabia cómo usarlo, tendría que preguntarle a Datsue, y de paso, aprovechar para que fuese el primero de la lista.
En fin, tras ponernos la ropa de invierno, por que allí hacía un frío horrible, comenzamos la caminata hacia el poblado, o lo que fuera, donde vivían los samuráis.
Recorrimos un largo camino hasta que nos topamos con los primeros samuráis. Unos tíos con armaduras blancas y un casco raro. Armados con dos espadas, como cierto ex-capitan pirata. Era guardias casi seguro, por que uno fe ellos se acercó, con cuidado, hasta que reconoció a Yuuna.
—¡Yuuna-dono! —exclamó—. ¿Ya ha vuelto de su viaje a Uzushiogakure? ¿A quién trae con usted?
—Estos dos hombres son ninjas de dicha aldea. Me los encontré de camino. Ellos ya viajaban hacia aquí, y me temo que con noticias graves. Todos traemos noticias graves.
—Entonces será mejor que pasen. Koichi-dono deseará recibir las noticias cuanto antes. Esto... entonces sus nombres son...
—Akimichi Katsudon. Encantado.
—Sasaki Reiji. Un placer.
Estuve muy tentando, mucho... Pero no era el momento, ni el lugar. Ahora había que ser más serio y formal. Así pues, junto al saludo, hice una pequeña reverencia.
—La verdad es que no... No noto nada raro, ni siquiera noto...¡Espera un momento! —La herida dolía bastante menos. Abrí el Uwagi para comprobar que no había sido un sueño y vaya... Seguía ahí, pero... más curada. —Jolines, sois médicos buenísimos, al principio dolía un huevo, y he bajado a pata del barco pa no hacerme daño al saltar, pero ya no duele.
Pero a parte de eso... Nada más. Si me había dado chakra, pues... pues... pues...ni idea. Tampoco sabia cómo usarlo, tendría que preguntarle a Datsue, y de paso, aprovechar para que fuese el primero de la lista.
En fin, tras ponernos la ropa de invierno, por que allí hacía un frío horrible, comenzamos la caminata hacia el poblado, o lo que fuera, donde vivían los samuráis.
Recorrimos un largo camino hasta que nos topamos con los primeros samuráis. Unos tíos con armaduras blancas y un casco raro. Armados con dos espadas, como cierto ex-capitan pirata. Era guardias casi seguro, por que uno fe ellos se acercó, con cuidado, hasta que reconoció a Yuuna.
—¡Yuuna-dono! —exclamó—. ¿Ya ha vuelto de su viaje a Uzushiogakure? ¿A quién trae con usted?
—Estos dos hombres son ninjas de dicha aldea. Me los encontré de camino. Ellos ya viajaban hacia aquí, y me temo que con noticias graves. Todos traemos noticias graves.
—Entonces será mejor que pasen. Koichi-dono deseará recibir las noticias cuanto antes. Esto... entonces sus nombres son...
—Akimichi Katsudon. Encantado.
—Sasaki Reiji. Un placer.
Estuve muy tentando, mucho... Pero no era el momento, ni el lugar. Ahora había que ser más serio y formal. Así pues, junto al saludo, hice una pequeña reverencia.