10/11/2019, 21:07
Kazuma optó por una idea mucho más inteligente: buscar a un objetivo que no pudiera escapar de él. Es decir, un tendero que ostentara uno de los mucho puestos que había en la capital.
En esa misma calle, el genin podría ver varios comercios distintos: todos eran al aire libre, como pequeños establecimientos de comida rápida, o en su caso, de venta de objetos, que actuaban como mercadillo. Principalmente, un puesto de ramen callejero, que parecía ser obstentado por una mujer ya adulta, vestida por un kimono tradicional y cuyo pelo estaba cubierto por las canas.
Al otro lado, un hombre joven, que rondaría los veinte años, con un tupe rubio, vestido elegantemente con un traje negro y una pajarita, vendía diferentes mercancias bajo unas cuantas tablas de madera más o menos unidas. Especialmente, Kazuma pudo ver multitud de libros.
Finalmente, otro mercadillo que llamaría su atención sería el de una mujer que tapaba su pelo con un pañuelo multicolor hecho de seda, casi transparente. Parecía agua a la vista. Estaba sentada sobre una gran alfombra roja, y encima de ella, había de todo: desde ropa hasta zapatillas, complementos. Al lado de la mujer, había un gato, que reposaba plácidamente sobre sus patas, hecho un ovillo.
En esa misma calle, el genin podría ver varios comercios distintos: todos eran al aire libre, como pequeños establecimientos de comida rápida, o en su caso, de venta de objetos, que actuaban como mercadillo. Principalmente, un puesto de ramen callejero, que parecía ser obstentado por una mujer ya adulta, vestida por un kimono tradicional y cuyo pelo estaba cubierto por las canas.
Al otro lado, un hombre joven, que rondaría los veinte años, con un tupe rubio, vestido elegantemente con un traje negro y una pajarita, vendía diferentes mercancias bajo unas cuantas tablas de madera más o menos unidas. Especialmente, Kazuma pudo ver multitud de libros.
Finalmente, otro mercadillo que llamaría su atención sería el de una mujer que tapaba su pelo con un pañuelo multicolor hecho de seda, casi transparente. Parecía agua a la vista. Estaba sentada sobre una gran alfombra roja, y encima de ella, había de todo: desde ropa hasta zapatillas, complementos. Al lado de la mujer, había un gato, que reposaba plácidamente sobre sus patas, hecho un ovillo.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60