16/11/2019, 18:24
(Última modificación: 16/11/2019, 18:25 por Sasaki Reiji.)
Las batallas reales eran mucho peor que los entrenamientos. Las batallas reales eran mucho peor que las historias de héroes de los libros. En las batallas reales había dolor, muerte, sangre.
Pero era matar o morir. Si, aquel hombre tendría familia y seres queridos, aquel hombre era tan humano como yo. Pero aquel día, era él o era yo.
Además, se habían comportado como ciertas personas de mi pasado. Habían ido a por Katsudon, ambos. Ignorandome. Como si no fuera lo bastante fuerte. "Matemos antes al grande y fuerte, luego él otro no será nada."
Cuando mi espada atravesó su ropa, su carne y sus huesos como si allí no hubiera mas que aire; Cuando sus ojos se clavaron en las partes de su cuerpo que ahora yacían inertes sobre aquel frío suelo de madera; Cuando sus ojos y su mente lo vieron y lo entendieron, entonces fue cuando se dió cuenta de su error. Tarde. Demasiado tarde.
Pero los actos tienen consecuencias, y cuando el otro ninja, consiguió zafarse de la prisión que suponían las enormes manos de Katsudon, contraatacó.
Aquel shinobi de Kurama arrojo un kunai al suelo, entre Katsudon y yo, que tenia algo pegado. Algo que empezó enseguida a sisear amenazante. Aquello debía ser un sello explosivo.
Lo siguiente que trate de hacer sonara cruel, y lo era. Pero así eran las batallas. Aproveche la cercanía con el compañero del agresor, que ahora estaba muy mal herido para utilizarlo como escudo. Total, en su estado, ya estaba muerto.
Intenté atravesar al shinobi malherido con mi espada, tras situarme en su espalda, para que así no pudiera huir antes de la explosión. Su cuerpo tenía que recibir el daño por mi.
Reiji:
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Pero era matar o morir. Si, aquel hombre tendría familia y seres queridos, aquel hombre era tan humano como yo. Pero aquel día, era él o era yo.
Además, se habían comportado como ciertas personas de mi pasado. Habían ido a por Katsudon, ambos. Ignorandome. Como si no fuera lo bastante fuerte. "Matemos antes al grande y fuerte, luego él otro no será nada."
Cuando mi espada atravesó su ropa, su carne y sus huesos como si allí no hubiera mas que aire; Cuando sus ojos se clavaron en las partes de su cuerpo que ahora yacían inertes sobre aquel frío suelo de madera; Cuando sus ojos y su mente lo vieron y lo entendieron, entonces fue cuando se dió cuenta de su error. Tarde. Demasiado tarde.
Pero los actos tienen consecuencias, y cuando el otro ninja, consiguió zafarse de la prisión que suponían las enormes manos de Katsudon, contraatacó.
Aquel shinobi de Kurama arrojo un kunai al suelo, entre Katsudon y yo, que tenia algo pegado. Algo que empezó enseguida a sisear amenazante. Aquello debía ser un sello explosivo.
Lo siguiente que trate de hacer sonara cruel, y lo era. Pero así eran las batallas. Aproveche la cercanía con el compañero del agresor, que ahora estaba muy mal herido para utilizarlo como escudo. Total, en su estado, ya estaba muerto.
Intenté atravesar al shinobi malherido con mi espada, tras situarme en su espalda, para que así no pudiera huir antes de la explosión. Su cuerpo tenía que recibir el daño por mi.
Reiji:
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