2/12/2019, 23:02
En un intento desesperado, el muchacho tomó la bandeja y la hizo servir de extensión de su propio brazo, pasándola entremedias de dos barrotes y girándola para que el fondo quedase paralelo al suelo. Con un poco de esfuerzo, consiguió atraer la llave hacia sí mismo. Eso sí, causando algo de estruendo.
Los pasos que venían de la escalera se aceleraron.
—¡Eh! ¡Eh! ¿¡Qué andas traginando por ahi? —La voz fue la de otro de esos samurais enfundados en armadura blanca. Si Reiji no hacía nada por evitarlo, vería la llave que ahora sostenía en la mano. Y la bandeja en la otra. De cualquiera de las maneras, el hombre le inspeccionaría con cuidado, y se percataría en la comida desperdiciada del suelo—. Cielos. No tengo nada contra vosotros, shinobi, y entiendo vuestra frustración, ¡pero aunque os tengamos retenidos deberíais de respetar nuestra buena voluntad! ¡Esa comida es el mismo rancho que comemos los guardias! Qué deshonor.
Los pasos que venían de la escalera se aceleraron.
—¡Eh! ¡Eh! ¿¡Qué andas traginando por ahi? —La voz fue la de otro de esos samurais enfundados en armadura blanca. Si Reiji no hacía nada por evitarlo, vería la llave que ahora sostenía en la mano. Y la bandeja en la otra. De cualquiera de las maneras, el hombre le inspeccionaría con cuidado, y se percataría en la comida desperdiciada del suelo—. Cielos. No tengo nada contra vosotros, shinobi, y entiendo vuestra frustración, ¡pero aunque os tengamos retenidos deberíais de respetar nuestra buena voluntad! ¡Esa comida es el mismo rancho que comemos los guardias! Qué deshonor.
Esta cuenta representa a la totalidad de los administradores de NinjaWorld.es