10/12/2019, 14:20
— Si, vale, vale. Relajaos un poco, anda. Solo es es un chaval
Sí, un aparentemente inocente e inofensivo chaval que no nos la podía jugar, ¿verdad? Ambos se quedaron de pie y empezaron a cruzar miradas. Si ese tipo no traía limonada se iba a liar una buena y empezaba a dudar que la integridad física de ese muchacho estuviera asegurada.
Pero volvió, y lo hizo con la dichosa limonada. No pude evitar suspirar de puro alivio.
— Ya está aquí la limonada. Vamos sentaos
Dejó la bandeja sobre la mesita de centro y con un gesto con la mano invitó a Akame y Kaido a tomar asiento.
— Háblanos de lo que nos atañe, por favor
Me tomé la libertad de apremiarlo antes de que o bien el pez o bien el ojos rojos se tomase la justicia por su mano. Empezaba a no fiarme ni de mi propia sombra. Kumopansa, sobre mi cabeza, se mantenía observadora sin articular palabra o sonido alguno.
— Ciertamente, veamos... — empezó a servir los vasos con la limonada y se acercó hasta el uchiha y el escualo, tendiendo un vaso de limonada a cada uno. — Resulta que en el valle de Unraikyo se esconde un tesoro de gran valor
El tipo miró al Uchiha a los ojos. Quizás necesitaba realizar ese contacto visual con alguien y mirar al escualo podía llegar a ser como raro.
— Se trata de un tesoro de gran valor. Como en los tiempos de antaño. Oro, joyas. Solo hay que adentrarse en las montañas del valle. Pero obviamente, el valle de Unraikyo entraña sus peligros y no puedo ir solo. Por eso estoy dispuesto a hacer de guía si hacemos un reparto equitativo. Conozco la localización de su guarida
Sí, un aparentemente inocente e inofensivo chaval que no nos la podía jugar, ¿verdad? Ambos se quedaron de pie y empezaron a cruzar miradas. Si ese tipo no traía limonada se iba a liar una buena y empezaba a dudar que la integridad física de ese muchacho estuviera asegurada.
Pero volvió, y lo hizo con la dichosa limonada. No pude evitar suspirar de puro alivio.
— Ya está aquí la limonada. Vamos sentaos
Dejó la bandeja sobre la mesita de centro y con un gesto con la mano invitó a Akame y Kaido a tomar asiento.
— Háblanos de lo que nos atañe, por favor
Me tomé la libertad de apremiarlo antes de que o bien el pez o bien el ojos rojos se tomase la justicia por su mano. Empezaba a no fiarme ni de mi propia sombra. Kumopansa, sobre mi cabeza, se mantenía observadora sin articular palabra o sonido alguno.
— Ciertamente, veamos... — empezó a servir los vasos con la limonada y se acercó hasta el uchiha y el escualo, tendiendo un vaso de limonada a cada uno. — Resulta que en el valle de Unraikyo se esconde un tesoro de gran valor
El tipo miró al Uchiha a los ojos. Quizás necesitaba realizar ese contacto visual con alguien y mirar al escualo podía llegar a ser como raro.
— Se trata de un tesoro de gran valor. Como en los tiempos de antaño. Oro, joyas. Solo hay que adentrarse en las montañas del valle. Pero obviamente, el valle de Unraikyo entraña sus peligros y no puedo ir solo. Por eso estoy dispuesto a hacer de guía si hacemos un reparto equitativo. Conozco la localización de su guarida
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa