12/12/2015, 20:46
—Me temo que los únicos modales que deberíamos echar en falta son los míos—se disculpó la joven con una sonrisa, mientras hacía una pequeña reverencia en respuesta a la de la otra kunoichi—.Un placer, Aotsuki Ayame —mantuvo un instante más la reverencia para presentarse debidamente—. Hyuga Mitsuki
Mitsuki recuperó la postura con tanta gracia que Ayame no pudo evitar esbozar una sonrisa nerviosa ante lo incómodo de una situación tan formal como se había convertido aquella.
El viento seguía soplando, acariciando las mejillas de las jóvenes que disfrutaban de lo sagrado de aquel lugar. Sin darse apenas cuenta de ello, se habían sumido en un silencio cómodo y respetuoso. Un silencio que se vio delicadamente quebrado cuando la de los ojos blancos volvió a intervenir.
—Adoro el viento de este lugar, es tan... salvaje
Parecía que había hablado para sí misma, pero su comentario arrancó una risilla en Ayame.
—Bueno, yo estoy acostumbrada a vientos más salvajes, la verdad —comentó, recordando las continuas y violentas tormentas que solían azotar su aldea periódicamente.
—Disculpa, estaba divagando. ¿Es la primera vez que vienes aquí?
Ayame la miró extrañada durante unos instantes ante la inesperada disculpa, pero no tardó en sacudir la cabeza para centrarse en el tema de conversación.
—S... sí. La verdad, creo que el Valle del Fin es un lugar que todos los shinobi deberían visitar alguna vez en su vida. Después de todo, prácticamente es la base de nuestra historia. ¿Y tú? ¿Habías venido alguna vez antes?
Mitsuki recuperó la postura con tanta gracia que Ayame no pudo evitar esbozar una sonrisa nerviosa ante lo incómodo de una situación tan formal como se había convertido aquella.
El viento seguía soplando, acariciando las mejillas de las jóvenes que disfrutaban de lo sagrado de aquel lugar. Sin darse apenas cuenta de ello, se habían sumido en un silencio cómodo y respetuoso. Un silencio que se vio delicadamente quebrado cuando la de los ojos blancos volvió a intervenir.
—Adoro el viento de este lugar, es tan... salvaje
Parecía que había hablado para sí misma, pero su comentario arrancó una risilla en Ayame.
—Bueno, yo estoy acostumbrada a vientos más salvajes, la verdad —comentó, recordando las continuas y violentas tormentas que solían azotar su aldea periódicamente.
—Disculpa, estaba divagando. ¿Es la primera vez que vienes aquí?
Ayame la miró extrañada durante unos instantes ante la inesperada disculpa, pero no tardó en sacudir la cabeza para centrarse en el tema de conversación.
—S... sí. La verdad, creo que el Valle del Fin es un lugar que todos los shinobi deberían visitar alguna vez en su vida. Después de todo, prácticamente es la base de nuestra historia. ¿Y tú? ¿Habías venido alguna vez antes?