24/12/2019, 01:37
Sus pasos le llevaron hasta un sector oscuro y maloliente de la ciudad. El lugar no le resultaba aterrador, pero la poca gente y lo deteriorado armaban un escenario bastante ominoso; al menos según las muchas historias de terror que había leído.
«Huele a muerte…», pensó cuando no pudo mantener su estoicismo y debió de contener las arcadas.
—¡Hoooooooola! —exclamo una voz, que por lo repentina le hizo ponerse en guardia—. ¿Qué se le ofrece?
Para cuando pudo ver completamente a la muchacha, se encontraba prácticamente sin aire: la sorpresa le había hecho contener la respiración; y tenía que recobrar el aliento con calma y lentitud, pues una bocanada de aquella peste bastaría para dejarle inconsciente… o para devolver la avena del desayuno. Por lo demás, aquella chica marcaba un punto bastante alto en su escala de cosas raras: porque, ciertamente, era y se presentaba bonita; pero encontrarla en aquel sitio la hacía lucir más como algo malo.
—Pues… —dudo si decirle de su objetivo, pero pensó que quizás podría darle indicaciones—. Estoy buscando la Armería Escarlata, ¿sabes cómo llegar?
«Huele a muerte…», pensó cuando no pudo mantener su estoicismo y debió de contener las arcadas.
—¡Hoooooooola! —exclamo una voz, que por lo repentina le hizo ponerse en guardia—. ¿Qué se le ofrece?
Para cuando pudo ver completamente a la muchacha, se encontraba prácticamente sin aire: la sorpresa le había hecho contener la respiración; y tenía que recobrar el aliento con calma y lentitud, pues una bocanada de aquella peste bastaría para dejarle inconsciente… o para devolver la avena del desayuno. Por lo demás, aquella chica marcaba un punto bastante alto en su escala de cosas raras: porque, ciertamente, era y se presentaba bonita; pero encontrarla en aquel sitio la hacía lucir más como algo malo.
—Pues… —dudo si decirle de su objetivo, pero pensó que quizás podría darle indicaciones—. Estoy buscando la Armería Escarlata, ¿sabes cómo llegar?