3/01/2020, 21:32
—Recorrerás una calle putrefacta por la infección, subirás hasta el cielo y caminarás sobre las aguas, todo para llegar hasta el corazón rojo. Pero cuidado. He visto a una araña. Una enorme araña negra protegiéndolo. También he visto un ángel guardián con las alas cortadas —fueron las palabras de la adivina, que ahora resonaban en la cabeza de Kazuma.
«Que interesante, esto se parece cada vez más a lo predicho», pensó divertido.
Las escaleras no le trataron gentilmente, o puede que fuese por su condición física; pero lo cierto es que al llegar a la cima estaba casi sin aliento. Llegado a ese punto, ya ni siquiera sabía de si Kana aún le hacía compañía… Aun así, se acercó a la puerta y dio un par de golpes, para luego llamar:
—Buenas, ¿Armería Escarlata? ¿Mai-san? —pregunto con voz un tanto agitada.
«Que interesante, esto se parece cada vez más a lo predicho», pensó divertido.
Las escaleras no le trataron gentilmente, o puede que fuese por su condición física; pero lo cierto es que al llegar a la cima estaba casi sin aliento. Llegado a ese punto, ya ni siquiera sabía de si Kana aún le hacía compañía… Aun así, se acercó a la puerta y dio un par de golpes, para luego llamar:
—Buenas, ¿Armería Escarlata? ¿Mai-san? —pregunto con voz un tanto agitada.