16/12/2015, 11:35
Escuchó el sonido que provocó aquel retumbo en el cielo, lo que le provocó que botase en su sitio y pegase un pequeño respingo, observando con un poco de miedo lo que había ocurrido a parte del exaltado caballo que protagonizaba aquel paseo.
- Perfectamente,no te preocupes. - contestó con una sonrisa. Así el Ishimura terminó yéndose a calmar al corcel. Eri se levantó de su asiento, mejorando considerablemente su campo de visión hasta más allá del árbol que había caído y que se encontraba echando humo, seguramente causado por la tormenta que se había formado encima de ellos. Suspiró esperando y rezando a todos los dioses que conocía por que no cayese uno sobre sus cabezas y luego paró su vista encima de Kazuma, observándole como, aun utilizando toda su fuerza, no era capaz de mover el tronco que les impedía el paso. Se quitó parte de su uniforme e hizo lo mismo, pero sin algún resultado positivo, Eri lo miró con un poco de pena instaurado en sus ojos, el chico no era bueno en fuerza, pero sí con la espada, o eso había visto en la academia.
Se descalzó las sandalias blancas, se quitó los guantes que cubrían sus manos y se quitó los accesorios del cabello. También se quitó el lazo que adornaba su espalda, con suerte de que sí sabía como hacer el nudo para más tarde, quedando mucho más libre. Lo dejó todo en un lugar seco para que no se mojase y salió del carruaje, impactando sus pies descalzos en un pequeño charco creado en el suelo debido a un pequeño hueco, pero no le importó mucho, la sensación de no tener esas sandalias tan incómodas era bastante placentero. Se acercó y tomó la chaqueta del joven, adueñándose de ella para así utilizarla como impermeable para ese estúpido vestido, ya que seguramente, si estuviese manchado a parte de lo mojado que se encontraba ya, su vecina la mataría y la tiraría a cualquier lago, o a lo mejor la dejaba viva, la ataba a una piedra y la ahogaba, bueno, mejor no pensar en eso.
-¿Te ayudo? - Susurró para que él la escuchase únicamente. Y sin esperar una respuesta, concentró chackra en su interior, y lo liberó en su puño izquierdo, que impactó en un golpe seco contra el gran tronco, justo en uno de los lugares que no humeaban para no hacerse daño. Aplicó quizás demasiada fuerza, que hizo que el tronco se hiciera añicos. - Vaya, pues, creo que me he pasado... - Apuntó rascándose la nuca, con una risa nerviosa.
- Perfectamente,no te preocupes. - contestó con una sonrisa. Así el Ishimura terminó yéndose a calmar al corcel. Eri se levantó de su asiento, mejorando considerablemente su campo de visión hasta más allá del árbol que había caído y que se encontraba echando humo, seguramente causado por la tormenta que se había formado encima de ellos. Suspiró esperando y rezando a todos los dioses que conocía por que no cayese uno sobre sus cabezas y luego paró su vista encima de Kazuma, observándole como, aun utilizando toda su fuerza, no era capaz de mover el tronco que les impedía el paso. Se quitó parte de su uniforme e hizo lo mismo, pero sin algún resultado positivo, Eri lo miró con un poco de pena instaurado en sus ojos, el chico no era bueno en fuerza, pero sí con la espada, o eso había visto en la academia.
Se descalzó las sandalias blancas, se quitó los guantes que cubrían sus manos y se quitó los accesorios del cabello. También se quitó el lazo que adornaba su espalda, con suerte de que sí sabía como hacer el nudo para más tarde, quedando mucho más libre. Lo dejó todo en un lugar seco para que no se mojase y salió del carruaje, impactando sus pies descalzos en un pequeño charco creado en el suelo debido a un pequeño hueco, pero no le importó mucho, la sensación de no tener esas sandalias tan incómodas era bastante placentero. Se acercó y tomó la chaqueta del joven, adueñándose de ella para así utilizarla como impermeable para ese estúpido vestido, ya que seguramente, si estuviese manchado a parte de lo mojado que se encontraba ya, su vecina la mataría y la tiraría a cualquier lago, o a lo mejor la dejaba viva, la ataba a una piedra y la ahogaba, bueno, mejor no pensar en eso.
-¿Te ayudo? - Susurró para que él la escuchase únicamente. Y sin esperar una respuesta, concentró chackra en su interior, y lo liberó en su puño izquierdo, que impactó en un golpe seco contra el gran tronco, justo en uno de los lugares que no humeaban para no hacerse daño. Aplicó quizás demasiada fuerza, que hizo que el tronco se hiciera añicos. - Vaya, pues, creo que me he pasado... - Apuntó rascándose la nuca, con una risa nerviosa.