18/01/2020, 02:32
—Siéntate conmigo —le hice caso, y me senté a su lado. ¿Cual? Pues a uno, daba igual.—. Esta técnica requiere que dos personas mezclen su sangre en el mismo recipiente con agua y luego añadan algo de su chakra, firmando un vínculo. Luego, pueden comunicarse utilizando el reflejo del agua como guía, y su sangre como canalizador.
El principio parecía sencillo, y el uso no requería de estúpidos y complicados sellados. Empezaba bien. Y aunque así explicado y en directo pareciese algo sencillo, seguramente fuera algo mucho mas complicado de lo que mi mente pudiera procesar. Así que agradecí la explicación para tontos.
—. Hikken: Akai no Hito.
De repente, el agua empezó a hacer ruidos y brillitos. Desde luego, esa técnica, no podría usarse en misiones de infiltración. En fin... Cuando el espectaculo cesó, la sangre de Yuuna había desaparecido y en su lugar, estaba la cara de Mudito.
Estaba mas en mis pensamientos sobre la técnica que en como me había mirado el samurái aquél. Básicamente, ignore su mirada de desconfíanza, ma cual, bueno, pues era normal.
—Yuuna-sama, ¿se encuentra bien? ¿Ha llegado ya a Uzushio?
Pues ahora que lo decía, si íbamos por buen camino... No debería faltar mucho para llegar a las islas del té. ¿No?
—Aún no. Ninguno de nosotros sabe navegar, pero creo que nos apañamos. Tenemos comida y agua potable de sobra, y de momento no hay rastro de los hombres de Kurama. No creo que nos molesten de nuevo.
Ni navegar, ni orientarse. Que diera gracias por que al menos, dos de los tres tripulantes, estuvieran en mas o menos buenas condiciones.
Mas o menos.
—Eso espero —luego se dirigió a mi—. Veo que estás más tranquilo, shinobi.
—A veces solo hace falta hundir la cabeza en un cubo de agua helada para volver a pensar con claridad.
O la cutre ducha de un barco, ahora pirata, que tiraba agua salada del mar. Esa ducha no debía ser muy buena para las heridas.
El principio parecía sencillo, y el uso no requería de estúpidos y complicados sellados. Empezaba bien. Y aunque así explicado y en directo pareciese algo sencillo, seguramente fuera algo mucho mas complicado de lo que mi mente pudiera procesar. Así que agradecí la explicación para tontos.
—. Hikken: Akai no Hito.
De repente, el agua empezó a hacer ruidos y brillitos. Desde luego, esa técnica, no podría usarse en misiones de infiltración. En fin... Cuando el espectaculo cesó, la sangre de Yuuna había desaparecido y en su lugar, estaba la cara de Mudito.
Estaba mas en mis pensamientos sobre la técnica que en como me había mirado el samurái aquél. Básicamente, ignore su mirada de desconfíanza, ma cual, bueno, pues era normal.
—Yuuna-sama, ¿se encuentra bien? ¿Ha llegado ya a Uzushio?
Pues ahora que lo decía, si íbamos por buen camino... No debería faltar mucho para llegar a las islas del té. ¿No?
—Aún no. Ninguno de nosotros sabe navegar, pero creo que nos apañamos. Tenemos comida y agua potable de sobra, y de momento no hay rastro de los hombres de Kurama. No creo que nos molesten de nuevo.
Ni navegar, ni orientarse. Que diera gracias por que al menos, dos de los tres tripulantes, estuvieran en mas o menos buenas condiciones.
Mas o menos.
—Eso espero —luego se dirigió a mi—. Veo que estás más tranquilo, shinobi.
—A veces solo hace falta hundir la cabeza en un cubo de agua helada para volver a pensar con claridad.
O la cutre ducha de un barco, ahora pirata, que tiraba agua salada del mar. Esa ducha no debía ser muy buena para las heridas.