18/01/2020, 10:44
—Bien, entonces. Me alegro de que todo vaya bien. No deberíamos entretenernos mucho hablando, temo que esté siendo vigilado.
Era muy probable, sobretodo por que alguien había metido la pata encerrado en una celda. El idiota al que Katsudon noqueo, habría despertado y hablado hacia tiempo.
—Lo entiendo, no te preocupes, Yamato. Mañana volvemos a hablar.
Yo solo salude con la mano, ya tenia bastantes formalidades en casa. Demasiadas. Ademas, en ese insta, yo era Reiji, el peor pirata de los mil seiscientos veintiséis mares de Oonidp. Los piratas no hacen reverencias.
Yuuna sacudió el agua con la mano, y cuando el mini oleaje del cuenco se calmo, ya no había nada, solo nuestros reflejos sobre la superficie del agua.
Entonces Yuuna me miro directamente a los ojos. Su mirada fue tan intensa como las llamas de un ninjutsu de fuego. Pero duró solo un instante.
Aquello hizo que me sonrojara tanto como ella, pero... ¿Por que mi cabeza pensó que esa mirada había durado demasiado poco? ¿Acaso la ducha fría había perdido su efecto y ya no pensaba con claridad?
—Reiji-kun... Debo confesarte algo. Estoy hecha un lío aún, pero creo que estoy empezando a...
〜 Reiji, no pienses.〜 me dije, irónicamente, en mis pensamientos. 〜 ¿Cuando se te ha dado bien pensar? Ya te respondo yo: Nunca. Así que, por una vez en tu vida, haz caso a tu instinto y actúa.
—Lo que quiero decir, Reiji-kun, es que yo... me preguntaba si...
Puse la mano sobre su hombro para que se relajara, para que hablara con mas tranquilidad. O en realidad, lo hice para...
¡Bam! ¡Badum!
—¿Que está pasando?
La sacudida que dio él barco al girar interrumpió lo que parecía que iba a ser una confesión importante.
—¡Katsudon! ¡Se quedó a los mandos del timón! —¿katsudon?¿En serio? Miré extrañado a Yuuna. —¡No me mires así, él dijo que estaba perfectamente, y de verdad que lo parecía!
Pues, o ya se veía la tierra cerca, o ese a quien le había cedido el timón no era katsudon. Sali corriendo detrás de Yuuna.
»¡Vamos, ayudémosle!
No hacía falta que lo dijera. Casi hago... Locuras, si, llamémoslo así, por que habían amenazado con torturarle.
Era muy probable, sobretodo por que alguien había metido la pata encerrado en una celda. El idiota al que Katsudon noqueo, habría despertado y hablado hacia tiempo.
—Lo entiendo, no te preocupes, Yamato. Mañana volvemos a hablar.
Yo solo salude con la mano, ya tenia bastantes formalidades en casa. Demasiadas. Ademas, en ese insta, yo era Reiji, el peor pirata de los mil seiscientos veintiséis mares de Oonidp. Los piratas no hacen reverencias.
Yuuna sacudió el agua con la mano, y cuando el mini oleaje del cuenco se calmo, ya no había nada, solo nuestros reflejos sobre la superficie del agua.
Entonces Yuuna me miro directamente a los ojos. Su mirada fue tan intensa como las llamas de un ninjutsu de fuego. Pero duró solo un instante.
Aquello hizo que me sonrojara tanto como ella, pero... ¿Por que mi cabeza pensó que esa mirada había durado demasiado poco? ¿Acaso la ducha fría había perdido su efecto y ya no pensaba con claridad?
—Reiji-kun... Debo confesarte algo. Estoy hecha un lío aún, pero creo que estoy empezando a...
〜 Reiji, no pienses.〜 me dije, irónicamente, en mis pensamientos. 〜 ¿Cuando se te ha dado bien pensar? Ya te respondo yo: Nunca. Así que, por una vez en tu vida, haz caso a tu instinto y actúa.
—Lo que quiero decir, Reiji-kun, es que yo... me preguntaba si...
Puse la mano sobre su hombro para que se relajara, para que hablara con mas tranquilidad. O en realidad, lo hice para...
¡Bam! ¡Badum!
—¿Que está pasando?
La sacudida que dio él barco al girar interrumpió lo que parecía que iba a ser una confesión importante.
—¡Katsudon! ¡Se quedó a los mandos del timón! —¿katsudon?¿En serio? Miré extrañado a Yuuna. —¡No me mires así, él dijo que estaba perfectamente, y de verdad que lo parecía!
Pues, o ya se veía la tierra cerca, o ese a quien le había cedido el timón no era katsudon. Sali corriendo detrás de Yuuna.
»¡Vamos, ayudémosle!
No hacía falta que lo dijera. Casi hago... Locuras, si, llamémoslo así, por que habían amenazado con torturarle.