18/01/2020, 16:26
Daruu dio un bote y una palmada de alegría.
—¡Eh, pues qué bien! —exclamó—. Yo también iba para el Valle. Pilla un poco lejos de casa, pero es un lugar precioso que se sale de la tónica habitual del País de la Tormenta, ya sabes, lluvia, lluvia y más lluvia. —Y sí, a Daruu le gustaba la lluvia y le molestaban los sitios con demasiada luz, pero el Valle de los Dojos era un refugio en el centro de Oonindo. Nunca hacía demasiado calor, ni demasiado frío—. Pensaba entrenar un poco, quizás encontrar alguien con quien practicar un poco de Taijutsu.
—¡Eh, pues qué bien! —exclamó—. Yo también iba para el Valle. Pilla un poco lejos de casa, pero es un lugar precioso que se sale de la tónica habitual del País de la Tormenta, ya sabes, lluvia, lluvia y más lluvia. —Y sí, a Daruu le gustaba la lluvia y le molestaban los sitios con demasiada luz, pero el Valle de los Dojos era un refugio en el centro de Oonindo. Nunca hacía demasiado calor, ni demasiado frío—. Pensaba entrenar un poco, quizás encontrar alguien con quien practicar un poco de Taijutsu.