18/01/2020, 17:43
—¡Jua, jua, jua! —rio Katsudon—. ¡Pues claro! Piensa que soy descendiente de Akimichi Daigo, ¡el Kage de la época más rolliza de Uzushiogakure! —pensé que iba a ser mas difícil. Es decir, sin segundas intenciones, claro.—. ¡Marchando un desayuno contundente!
Por suerte para mi, que NO tenia tanta prisa por saber que era lo que tenia que decirme Yuuna, Katsudon se marchó tan rápido cómo había aparecido en escena, volviendo a dejarnos solos de nuevo.
Mire fijamente a ma chica esperando una respuesta.
—¡Jopé, es que ahora no puedo! —pues era el momento perfecto, Katsudon había desaparecido para cocinar y estaría entretenido un rato.—. ¡Que me gustas! ¡Que me atraes! ¡Que me estoy enamorando de ti! ¡AAAAAAAAAAAAAH!
Las palabras son mas peligrosas que la mejor espada del mundo. Allí estaba otra vez yo solo en la cabina, pues Yuuna había huido al confesarse, sin darme tiempo a responderle nada, con esa confesión atravesandome el vientre.
Quizás era lo mejor, así tendría tiempo para aclarar mis pensamientos y mis sentimientos. ¿Pero a quién quería engañar? Por que era innegable que yo también sentia algo.
Sobre todo, y la razón por la que ni tan siquiera podía negarmelo a mi mismo, es por que en ese instante notaba como el corazón estaba a punto de salirse disparado del pecho.
¿Por que me pasaba esto a mi? ¿Como me metía yo en estos líos?
Y la pregunta más importante ¿Y ahora que?
Por que tomase la decisión que tomase, estaba metido en el fango hasta el cuello.
Por suerte para mi, que NO tenia tanta prisa por saber que era lo que tenia que decirme Yuuna, Katsudon se marchó tan rápido cómo había aparecido en escena, volviendo a dejarnos solos de nuevo.
Mire fijamente a ma chica esperando una respuesta.
—¡Jopé, es que ahora no puedo! —pues era el momento perfecto, Katsudon había desaparecido para cocinar y estaría entretenido un rato.—. ¡Que me gustas! ¡Que me atraes! ¡Que me estoy enamorando de ti! ¡AAAAAAAAAAAAAH!
Las palabras son mas peligrosas que la mejor espada del mundo. Allí estaba otra vez yo solo en la cabina, pues Yuuna había huido al confesarse, sin darme tiempo a responderle nada, con esa confesión atravesandome el vientre.
Quizás era lo mejor, así tendría tiempo para aclarar mis pensamientos y mis sentimientos. ¿Pero a quién quería engañar? Por que era innegable que yo también sentia algo.
Sobre todo, y la razón por la que ni tan siquiera podía negarmelo a mi mismo, es por que en ese instante notaba como el corazón estaba a punto de salirse disparado del pecho.
¿Por que me pasaba esto a mi? ¿Como me metía yo en estos líos?
Y la pregunta más importante ¿Y ahora que?
Por que tomase la decisión que tomase, estaba metido en el fango hasta el cuello.