18/01/2020, 18:09
Katsudon no tardó en volver, con dos buenos platos de Carne. Y cuando digo buenos platos de carne, me refiero a platos contundentes de carne. Ni de coña me iba a comer todo eso tal y como tenia el cuerpo.
—¿Qué ha pasado, chico? —al principio no entendí su pregunta, Pero lo que vino después fue como un bofetón en la cara. Por suerte no de verdad y no con sus manos.—. Hace un momento estábais perfectamente y ahora Yuuna se ha encerrado en el camarote llorando.
¿Como cojones le contaba todo aquel lío a Katsudon? En fin, quizás era la persona adecuada para confesar.
—A ver... Resulta que...en fin, después de varios intentos interrumpidos por, digamos... "acontecimientos inesperados", Yuuna a reunido el valor para confesar que tiene ciertos sentimientos hacia mí. Despues ha salido corriendo sin dejarme responderle nada.
Por supuesto y ya que había cocinado katsudon, aproveche para comer mientras hablaba. Y por que tenía algo de hambre.
—Lo cierto es que yo... en fin, no puedo engañarme, cuando has dicho que estaba llorando ha sido como si alguien me apretara el corazón con sus manos. ¿Quizás debería ir a hablar con ella? O puede que lo que necesite sea espacio... La verdad es que estas cosas se me dan muy mal...
Realmente mal. Casi tanto como hacer una serie de tres sellos manuales. Casi.
—No tendrás un consejo de adulto por ahí guardado ¿no?
—¿Qué ha pasado, chico? —al principio no entendí su pregunta, Pero lo que vino después fue como un bofetón en la cara. Por suerte no de verdad y no con sus manos.—. Hace un momento estábais perfectamente y ahora Yuuna se ha encerrado en el camarote llorando.
¿Como cojones le contaba todo aquel lío a Katsudon? En fin, quizás era la persona adecuada para confesar.
—A ver... Resulta que...en fin, después de varios intentos interrumpidos por, digamos... "acontecimientos inesperados", Yuuna a reunido el valor para confesar que tiene ciertos sentimientos hacia mí. Despues ha salido corriendo sin dejarme responderle nada.
Por supuesto y ya que había cocinado katsudon, aproveche para comer mientras hablaba. Y por que tenía algo de hambre.
—Lo cierto es que yo... en fin, no puedo engañarme, cuando has dicho que estaba llorando ha sido como si alguien me apretara el corazón con sus manos. ¿Quizás debería ir a hablar con ella? O puede que lo que necesite sea espacio... La verdad es que estas cosas se me dan muy mal...
Realmente mal. Casi tanto como hacer una serie de tres sellos manuales. Casi.
—No tendrás un consejo de adulto por ahí guardado ¿no?