18/01/2020, 23:55
—Si bueno, eso también. Me da penita abandonarlo, es como un buen amigo. Nos ha llevado y traido de vuelta.
—Anda, anda, no digas tonterías, cómo te vas a quedar el barco --rio Katsudon. Inmediatamente se puso serio—. Un momento, que lo dices en serio... ¡Caray, muchacho! ¡Pero... bueno! En fin, es verdad que no hay nada que te lo impida, porque técnicamente... bueno, claro, los marineros están... ya sabes, muertos.
—¿Tu no puedes hacerte gigante? ¿Por que no te haces GIGANTEEEE y así los guardias del puerto te reconocen desde lejos?Eso si, fuera del barco, que ambos sabemos que puedes caminar sobre el agua.
—¿Pero qué dices? —protestó Yuuna—. Eso es una locura. Además, puede que haya hinchado los brazos, pero no creo que pueda hacerse gigante, gigante. Todo el cuerpo. ¿Verdad, Katsudon? ¿Verdad?
Pero Katsudon se acariciaba la barbilla, pensativo.
—Hagámoslo.
—Oye, Chae —dijo Yotsuki Raimyogan, mientras le pegaba un trago más a la botella de hidromiel pluvial—. ¿Esta mierda dices que la importaste de Amegakure?
—Ajá —contestó su hermano tranquilamente, dando después un sonoro bostezo. jugueteaba distraído con la chapa en los tablones del suelo—. ¿Qué pasa, que no te gusta?
—Tío, qué lleva esta mierda. Estoy viendo a Don.
—Ah, ¿ya volvió de la misión? Le pregunté a Hanabi-kun el otro día, y dijo que estaba bastante preocupado, que no tenía noticias su... ¿¡QUÉ COJONES!? —Uzushiogakure quedó sumida en la sombra. En la distancia, como si de un Kaijū se tratase, la enorme silueta de Katsudon les devolvía una divertida sonrisa.
—¡¡TE LO HE DICHO!! ¡¡ESTO ESTÁ CADUCADO O ALGO!! —gritó Raimyogan, y lanzó la botella al agua, asustado.
—¡Idiota, no es la bebida, yo también lo veo! Espera, ¿está saludando? ¿¡Pero qué cojones está haciendo!? ¿¡Ha venido a pie por el mar desde el País del Hierro!?
—¡No, fíjate, viene un barco con él! ¡Maldito loco, no se le ocurre otra manera de avisar!
Chae se rascó la cabeza, nervioso.
—¡Dile que pare, siempre me pone de los nervios cuando se hace gigante! ¡Imagínate que se tropieza, tío, que nos mata! ¡Voy a avisar a los del puerto para que dejen entrar a esa embarcación!
—Anda, anda, no digas tonterías, cómo te vas a quedar el barco --rio Katsudon. Inmediatamente se puso serio—. Un momento, que lo dices en serio... ¡Caray, muchacho! ¡Pero... bueno! En fin, es verdad que no hay nada que te lo impida, porque técnicamente... bueno, claro, los marineros están... ya sabes, muertos.
—¿Tu no puedes hacerte gigante? ¿Por que no te haces GIGANTEEEE y así los guardias del puerto te reconocen desde lejos?Eso si, fuera del barco, que ambos sabemos que puedes caminar sobre el agua.
—¿Pero qué dices? —protestó Yuuna—. Eso es una locura. Además, puede que haya hinchado los brazos, pero no creo que pueda hacerse gigante, gigante. Todo el cuerpo. ¿Verdad, Katsudon? ¿Verdad?
Pero Katsudon se acariciaba la barbilla, pensativo.
—Hagámoslo.
· · ·
—Oye, Chae —dijo Yotsuki Raimyogan, mientras le pegaba un trago más a la botella de hidromiel pluvial—. ¿Esta mierda dices que la importaste de Amegakure?
—Ajá —contestó su hermano tranquilamente, dando después un sonoro bostezo. jugueteaba distraído con la chapa en los tablones del suelo—. ¿Qué pasa, que no te gusta?
—Tío, qué lleva esta mierda. Estoy viendo a Don.
—Ah, ¿ya volvió de la misión? Le pregunté a Hanabi-kun el otro día, y dijo que estaba bastante preocupado, que no tenía noticias su... ¿¡QUÉ COJONES!? —Uzushiogakure quedó sumida en la sombra. En la distancia, como si de un Kaijū se tratase, la enorme silueta de Katsudon les devolvía una divertida sonrisa.
—¡¡TE LO HE DICHO!! ¡¡ESTO ESTÁ CADUCADO O ALGO!! —gritó Raimyogan, y lanzó la botella al agua, asustado.
—¡Idiota, no es la bebida, yo también lo veo! Espera, ¿está saludando? ¿¡Pero qué cojones está haciendo!? ¿¡Ha venido a pie por el mar desde el País del Hierro!?
—¡No, fíjate, viene un barco con él! ¡Maldito loco, no se le ocurre otra manera de avisar!
Chae se rascó la cabeza, nervioso.
—¡Dile que pare, siempre me pone de los nervios cuando se hace gigante! ¡Imagínate que se tropieza, tío, que nos mata! ¡Voy a avisar a los del puerto para que dejen entrar a esa embarcación!
Esta cuenta representa a la totalidad de los administradores de NinjaWorld.es