20/01/2020, 03:06
(Última modificación: 20/01/2020, 03:08 por Taka Kisame. Editado 1 vez en total.)
El dolor inundó su cuerpo durante un breve periodo de tiempo. Nunca había recibido un zarpazo así, por lo que, quizás por actorreflejo, o quizás porque su subconsciente pensaba más rápido que su conciencia, nada más que el punzante dolor le llegó, deshizo la técnica defensiva que había hecho, lo cual, dejaba libre su cuerpo para una posible esquiva. Estaba consiguiendo escurrirse. Al menos por el momento... Llegado aquel momento, era su memoria muscular y su cuerpo el que actuaba por instinto en lugar de reflexionar cada uno de sus movimientos como solía hacer cuando tenía la situación controlada.
Tiró entonces una bomba de humo al suelo para bloquear la visión de su oponente lo máximo posible mientras, cerraba sus ojos y boca a la par de contener la respiración rápidamente para moverse hacia su izquierda, tratando de evadir el garrazo de su rival por la parte de fuera. Si conseguía hacer esto y, sumado a su distracción, intentaría salir de la zona del humo con paso rápido, mientras hacía una serie de sellos todo lo rápido que sus manos le permitían en aquel momento. Una vez fuera, se mordería el dedo pulgar de la mano izquierda y, pensando plenamente en el nombre de su técnica, mientras abría de una buena vez los ojos. Poniendo su mano en dirección al suelo, una pequeña nube de humo aparecería y, tras ella, su apreciado compañero tanuki.
El animal, algo desconcertado, olió rápidamente la bomba de humo y tras observar rápidamente a Kisame, entendió que se trataba de una situación de combate...
Tiró entonces una bomba de humo al suelo para bloquear la visión de su oponente lo máximo posible mientras, cerraba sus ojos y boca a la par de contener la respiración rápidamente para moverse hacia su izquierda, tratando de evadir el garrazo de su rival por la parte de fuera. Si conseguía hacer esto y, sumado a su distracción, intentaría salir de la zona del humo con paso rápido, mientras hacía una serie de sellos todo lo rápido que sus manos le permitían en aquel momento. Una vez fuera, se mordería el dedo pulgar de la mano izquierda y, pensando plenamente en el nombre de su técnica, mientras abría de una buena vez los ojos. Poniendo su mano en dirección al suelo, una pequeña nube de humo aparecería y, tras ella, su apreciado compañero tanuki.
El animal, algo desconcertado, olió rápidamente la bomba de humo y tras observar rápidamente a Kisame, entendió que se trataba de una situación de combate...