20/01/2020, 17:26
Daruu sabía interpretar el ánimo de Yui mirándola a los ojos, como todo shinobi de Amegakure que quiera aprender a no enfurecerla demasiado. Era una habilidad parecida a la del navegante que sabe cuándo va a empeorar el oleaje o cuándo va a empezar a llover mirando el agua o analizando el movimiento de las nubes y la dirección del viento. Pero en aquella ocasión, como a veces sucedía con su Byakugan, era mejor no ver. Los ojos del muchacho se clavaron en una de las orejas de la mujer. Si les iba a caer una tormenta encima, prefería no saberlo hasta que sucediera.
Por eso cuando golpeó la mesa él también dio un brinco y ahogó un pequeño grito. Se vio forzado a prestarle atención. Por suerte les estaba elogiando. Hasta que...
«Oh, no...»
La implicación de Ayame en todos los problemas que podían acarrear muerte o mutilación severa estaba empezando a ser un tema con el que se tenía que enfrentar Yui continuamente. En ese sentido, sin embargo, Daruu creía que Shanise sería mucho más problemática que ella, cosa que no sucedía normalmente. Porque era una mujer más reflexiva, que piensa estratégicamente. Era mala estrategia enviar al enemigo precisamente aquello que estás intentando proteger de él. Pero Yui no pensaba de la misma forma. Y a esa baza tenían que jugar.
En eso, Ayame jugaba con desventaja. Porque no estaba siendo sincera, directa y valiente, como le gustaba a Yui. Ayame no estaba diciendo la verdad: no había acudido a la llamada de Datsue para salvaguardar una pieza importante en el ajedrez que era Oonindo. Lo había hecho para proteger a un amigo. Porque ella quería también cambiar la historia con sus propias manos y no que los demás la cambiaran por ella.
Ayame no fue a "prestar su apoyo". Ayame fue a partirle el culo a ese puto General. Eso es lo que Yui quería oír. Por eso Ayame siempre se llevaría mejor con Shanise.
Por suerte, allí estaba Daruu para sintonizar la frecuencia correcta.
—Y bien que se la jugó a aquél hijodeputa —añadió él—. Ejecutó un Genjutsu sin el que no habríamos podido derrotarle, con una de sus técnicas de voz.
»Venga, Ayame, no intentes ocultarlo. Tú también querías acabar con esos cabrones. Por lo que te hicieron. Es algo personal, ¿verdad? —Desesperado, el muchacho le guiñó el ojo.
Por eso cuando golpeó la mesa él también dio un brinco y ahogó un pequeño grito. Se vio forzado a prestarle atención. Por suerte les estaba elogiando. Hasta que...
«Oh, no...»
La implicación de Ayame en todos los problemas que podían acarrear muerte o mutilación severa estaba empezando a ser un tema con el que se tenía que enfrentar Yui continuamente. En ese sentido, sin embargo, Daruu creía que Shanise sería mucho más problemática que ella, cosa que no sucedía normalmente. Porque era una mujer más reflexiva, que piensa estratégicamente. Era mala estrategia enviar al enemigo precisamente aquello que estás intentando proteger de él. Pero Yui no pensaba de la misma forma. Y a esa baza tenían que jugar.
En eso, Ayame jugaba con desventaja. Porque no estaba siendo sincera, directa y valiente, como le gustaba a Yui. Ayame no estaba diciendo la verdad: no había acudido a la llamada de Datsue para salvaguardar una pieza importante en el ajedrez que era Oonindo. Lo había hecho para proteger a un amigo. Porque ella quería también cambiar la historia con sus propias manos y no que los demás la cambiaran por ella.
Ayame no fue a "prestar su apoyo". Ayame fue a partirle el culo a ese puto General. Eso es lo que Yui quería oír. Por eso Ayame siempre se llevaría mejor con Shanise.
Por suerte, allí estaba Daruu para sintonizar la frecuencia correcta.
—Y bien que se la jugó a aquél hijodeputa —añadió él—. Ejecutó un Genjutsu sin el que no habríamos podido derrotarle, con una de sus técnicas de voz.
»Venga, Ayame, no intentes ocultarlo. Tú también querías acabar con esos cabrones. Por lo que te hicieron. Es algo personal, ¿verdad? —Desesperado, el muchacho le guiñó el ojo.