20/01/2020, 22:39
(Última modificación: 20/01/2020, 22:44 por Taka Kisame. Editado 5 veces en total.)
El genin, quien había tomado las riendas de la operación por el momento, escuchó al jefe del servicio Yamato mientras le confirmaba sus sospechas. Eso era genial, un avance más. Al menos ya estaba un poco más seguro de que su teoría era cierta. Inclinó la cabeza levemente hacia su compañero Karamaru como agradecimiento por servirle el zumo y siguió escuchándole hasta que acabó, para no interrumpirle mientras daba cortos sorbos al delicioso zumo que les habían preparado. Notó rápidamente el nerviosismo del hombre y, no era para menos, era normal que después de tantos años le tuviera una mezcla entre aprecio, respeto y miedo a aquella mujer.
-Quizás pequé de ser demasiado honesto pero, eso mismo había pensado yo, y yo mismo se lo dije a la señora -Hizo una breve pausa y miró a ambos -No le gustó, claro, pero el hecho de que usted me diga esto solo hace que fortalecer un poco más mi teoría... Mire, tengo un favor que pedirle. No podemos descartar que el culpable sea alguno de los miembros del servicio -Dijo esto último bajando el tono de voz -Pero tampoco podemos descartar que sea alguien de fuera que venga a molestar. Nuestra intención es hablar con todos los trabajadores de la casa y luego peinar el jardín y la casa en busca de alguna gatera o sitio por el que pudiera estar colándose alguien. Lo que quiero pedirle es que, si durante nuestro interrogatorio al resto de trabajadores, o después escucha algo extraño, simplemente escríbalo y pasele la nota a... -Hizo una breve pausa para hacer una serie de sellos tras la que se mordería el pulgar de la mano izquierda -Kuchiyose no Jutsu -Pronunció con tono bajo para, al separarse de la mesa suavemente, poner la palma de dicha mano en dirección al suelo y bajo ella aparecería una leve nube de humo. Tras ella su apreciado compañero mapache -A él, será mucho más discreto que venir a nosotros directamente a decírnoslo. Así el presunto culpable no sospechará nada. Mi intención es que él pulule por la casa. Descuide, es limpio. Si la señora dice algo, dígala que es mío y que nos está ayudando con el trabajo.
Terminó su intervención con unas instrucciones precisas para aquel hombre. Había puesto mucha carne en el asador con aquel acto, pero confiaba plenamente en su mapache y en que aquel tipo fuese buena gente y de verdad quisiese ayudarles. Aun así, no podía confiarse en lo mínimo. Al parecer, el propio tanuki ya había entendido cual era su función allí por el contexto, por lo que simplemente se subió al regazo de Kisame de un brinco y miró a ambos en la mesa con sus expectantes ojos.
-Quizás pequé de ser demasiado honesto pero, eso mismo había pensado yo, y yo mismo se lo dije a la señora -Hizo una breve pausa y miró a ambos -No le gustó, claro, pero el hecho de que usted me diga esto solo hace que fortalecer un poco más mi teoría... Mire, tengo un favor que pedirle. No podemos descartar que el culpable sea alguno de los miembros del servicio -Dijo esto último bajando el tono de voz -Pero tampoco podemos descartar que sea alguien de fuera que venga a molestar. Nuestra intención es hablar con todos los trabajadores de la casa y luego peinar el jardín y la casa en busca de alguna gatera o sitio por el que pudiera estar colándose alguien. Lo que quiero pedirle es que, si durante nuestro interrogatorio al resto de trabajadores, o después escucha algo extraño, simplemente escríbalo y pasele la nota a... -Hizo una breve pausa para hacer una serie de sellos tras la que se mordería el pulgar de la mano izquierda -Kuchiyose no Jutsu -Pronunció con tono bajo para, al separarse de la mesa suavemente, poner la palma de dicha mano en dirección al suelo y bajo ella aparecería una leve nube de humo. Tras ella su apreciado compañero mapache -A él, será mucho más discreto que venir a nosotros directamente a decírnoslo. Así el presunto culpable no sospechará nada. Mi intención es que él pulule por la casa. Descuide, es limpio. Si la señora dice algo, dígala que es mío y que nos está ayudando con el trabajo.
Terminó su intervención con unas instrucciones precisas para aquel hombre. Había puesto mucha carne en el asador con aquel acto, pero confiaba plenamente en su mapache y en que aquel tipo fuese buena gente y de verdad quisiese ayudarles. Aun así, no podía confiarse en lo mínimo. Al parecer, el propio tanuki ya había entendido cual era su función allí por el contexto, por lo que simplemente se subió al regazo de Kisame de un brinco y miró a ambos en la mesa con sus expectantes ojos.