27/01/2020, 00:35
Odiaba cuando sus primos se salían con la suya, sobre todo, si lo hacían mucho antes que él, y lo peor era que ambos, al mismo tiempo, habían coincidido en querer su primer arma. ¿Por qué todo el mundo en esta villa tendría una Kodachi como primer arma de filo? ¿Qué pasa? El creador de la kodachi tendría que estar enterrado en ryos a este paso, porque era increíble como las ventas de la espada se habían multiplicado con el tiempo.
Por ello, Hiroki se había encaminado a la ciudad de las armas por excelencia, sí, a Los Herreros. Con el dinero que le quedaba y sin haber dicho palabra a su abuelo, se había encaminado a las afueras de Uzushiogakure (¡y vaya afueras!) para conseguir un arma que fuera mejor que esa triste y débil kodachi, ¡porque él tendría el mejor arma de todas!
El problema residía en que él, como buen novato, no tenía ni idea de qué podría querer, así que allí se encontraba, frente a un cartel con numerosa publicidad frente a sus ojos y sin saber elegir dónde poder buscar el mejor arma de todos los tiempos.
—Un arco... O quiza... ¿Unas garras? Demasiado Inuzuka, y un bokken es muy contundente. Una katana tampoco, es demasiado grande y parecida a una kodachi... —Se quejaba el joven en voz baja, levantando alguna que otra ceja en los transeúntes que pasaban por allí.