27/01/2020, 16:29
El Uchiha alzó la vista con cara de póquer; no sabía si Kyūtsuki lo había hecho a propósito y era una todo una cruel venganza por haberla retado tiempo antes, cuando negociaba para conseguir su Pacto de Sangre con Shikage. Pero lo cierto era que, fuese como fuese, aquella broma no le había hecho ninguna gracia al exjōnin de Uzu. Nada más abrir el pergamino lo había releído varias veces sólo para encontrar las mismas palabras escritas una y otra vez. Cuando Kaido le preguntó, pudo ver un ligero rubor en sus mejillas.
—Esto es humillante —masculló, y luego le tendió el pergamino al escualo—. Esa puta de Kyūtsuki... Léelo tú mismo, joder. "Kakita Bendō" —empezó a recitar, siseando como una víbora antes de hincar los colmillos—. "Vendedor de objetos empeñados y de segunda mano".
Akame vestía con unas ropas tan pobres como podían asumirse de un comerciante de chatarras y objetos de escaso valor, con un uwagi de color azul mar, pantalones marrones y getas de madera que hacían que se le congelaran los pies. Sobre la cabeza llevaba un kasa de paja muy maltrecho y tenía en la boca un cigarrillo a medio fumar.
—Esto es humillante —masculló, y luego le tendió el pergamino al escualo—. Esa puta de Kyūtsuki... Léelo tú mismo, joder. "Kakita Bendō" —empezó a recitar, siseando como una víbora antes de hincar los colmillos—. "Vendedor de objetos empeñados y de segunda mano".
Akame vestía con unas ropas tan pobres como podían asumirse de un comerciante de chatarras y objetos de escaso valor, con un uwagi de color azul mar, pantalones marrones y getas de madera que hacían que se le congelaran los pies. Sobre la cabeza llevaba un kasa de paja muy maltrecho y tenía en la boca un cigarrillo a medio fumar.