27/01/2020, 17:19
Hana se detuvo al final de la calle, la siguiente tanda de tiendas tenía en exposición cosas tan caras que tuvo que plantearse si seguir andando. Un fuerte golpe en su espalda la sacó de toda ensimismacion.
Se giró algo enojada, para encontrarse a un chico poco más mayor de ella ya disculpándose. Entonces cayó en la cuenta de que había sido ella la que se había parado de golpe.
— No pasa nada, debería ser yo la que se disculpase. Mi nombre es Himura Hana, por cierto. ¿Y tú eres...?
El sombrero del muchacho le ocultaba casi todo el rostro, lo cual no hizo más que avivar la curiosidad de la kunoichi. Ni corta ni perezosa, posó un dedo en el borde inferior del sombrero y se agachó ligeramente para poder verle.
Lo primero que vio fue una terrible quemadura que empañaba gran parte de su rostro y rápidamente se irguió, dando un paso atrás. No porque le diese asco o miedo, sino porque sentía que podía haber traspasado una linea que el chico no quería.
— Oh, lo siento mucho, no era mi intención, bueno, sí que lo era, pero no pensé... Ay, Kami-sama, ¿qué estoy diciendo? — se dobló en una pronunciada reverencia — Siento si te he ofendido, no era mi intención.
Cuando volvió a erguirse estaba roja de vergüenza. ¿Como podía haber sido tan maleducada? Pues claro que si lleva el rostro oculto será por algo y no porque sea un fugitivo. Se sentía estúpida, esa curiosidad suya siempre le traía problemas.
Se giró algo enojada, para encontrarse a un chico poco más mayor de ella ya disculpándose. Entonces cayó en la cuenta de que había sido ella la que se había parado de golpe.
— No pasa nada, debería ser yo la que se disculpase. Mi nombre es Himura Hana, por cierto. ¿Y tú eres...?
El sombrero del muchacho le ocultaba casi todo el rostro, lo cual no hizo más que avivar la curiosidad de la kunoichi. Ni corta ni perezosa, posó un dedo en el borde inferior del sombrero y se agachó ligeramente para poder verle.
Lo primero que vio fue una terrible quemadura que empañaba gran parte de su rostro y rápidamente se irguió, dando un paso atrás. No porque le diese asco o miedo, sino porque sentía que podía haber traspasado una linea que el chico no quería.
— Oh, lo siento mucho, no era mi intención, bueno, sí que lo era, pero no pensé... Ay, Kami-sama, ¿qué estoy diciendo? — se dobló en una pronunciada reverencia — Siento si te he ofendido, no era mi intención.
Cuando volvió a erguirse estaba roja de vergüenza. ¿Como podía haber sido tan maleducada? Pues claro que si lleva el rostro oculto será por algo y no porque sea un fugitivo. Se sentía estúpida, esa curiosidad suya siempre le traía problemas.