27/01/2020, 19:45
El presunto chatarrero sonrió bajo su kasa.
—Trato hecho, Hana.
Luego se dio media vuelta y entró en el bar, del cual ni siquiera sabían el nombre. Era cierto, no obstante, que servían unas magníficas papas bravas y a muy buen precio, pero como apenas era conocido por otra cosa que por eso, a la gente le daba realmente igual el nombre. Los habituales le conocían, simple y llanamente, como "el bar de las bravas".
El local era bastante humilde: apenas cabían tres mesas con sus respectivos taburetes, bastante apiñadas, la barra de madera muy vieja y tras esta un estante abarrotado de botellas de distintos licores. Bendō pasó de largo de las mesas y llegó hasta la barra, donde se sentó en uno de los cuatro taburetes altos que había junto a ella. Esperó a que Hana hiciera lo propio y luego llamó al camarero; que era también el dueño del local, un tipo alto y muy delgado que no tenía pinta de ser muy comilón.
—Jefe, dos de bravas —pidió el chatarrero, aun sin quitarse el sombrero ni levantar la vista—. Y una jarra de agua con dos vasos, que nos van a hacer falta.
—Trato hecho, Hana.
Luego se dio media vuelta y entró en el bar, del cual ni siquiera sabían el nombre. Era cierto, no obstante, que servían unas magníficas papas bravas y a muy buen precio, pero como apenas era conocido por otra cosa que por eso, a la gente le daba realmente igual el nombre. Los habituales le conocían, simple y llanamente, como "el bar de las bravas".
El local era bastante humilde: apenas cabían tres mesas con sus respectivos taburetes, bastante apiñadas, la barra de madera muy vieja y tras esta un estante abarrotado de botellas de distintos licores. Bendō pasó de largo de las mesas y llegó hasta la barra, donde se sentó en uno de los cuatro taburetes altos que había junto a ella. Esperó a que Hana hiciera lo propio y luego llamó al camarero; que era también el dueño del local, un tipo alto y muy delgado que no tenía pinta de ser muy comilón.
—Jefe, dos de bravas —pidió el chatarrero, aun sin quitarse el sombrero ni levantar la vista—. Y una jarra de agua con dos vasos, que nos van a hacer falta.