28/01/2020, 01:19
El sonido de los aplausos llegó a sus oídos, mientras el sonreía victorioso pese a respirar algo agitado debido al esfuerzo puesto en sus pulmones. valía la pena, valía la pena que le escuchasen, pero aquel público no era suficiente. Necesitaba más, necesitaba que su voz y su música llegasen más allá de las fronteras. Finalmente levantó la cabeza y enseñó una blanca dentadura que brillaba con la misma intensidad que los metales pulidos de las espadas que ahí mismo se forjaban en la ciudad.
—Thanks— Agradeció en su propio lenguaje a los presentes.
Alguno que otro querría ofrecerle una moneda, pero él no era un artista callejero que cantase por dinero. Simplemente se limitó a clavar parte del filo del arma en el suelo y alzar la mano diestra delante de si para negar y rechazar con cortesía los ofrecimientos de los presentes. "Ah joder, necesito tomarme algo dulce para recuperar las calorías." Se decía a sí mismo, que pese al frío del invierno aún tenía intenciones de refrescarse.
Siendo nativo de Amegakure como su placa indicaba, la temperatura de aquella ciudad de forjas se le antojaba más bien templada.
"Por aquí debe haber un lugar para descansar, aunque es la primera vez que visito la Espiral." La última vez solo había llegado hasta la zona fronteriza.
Simplemente recogería su arma y se la acomodaría a la espalda con la correa a la vez que levantaba la mochila que tenía cerca de sus pies, dispuesto a emprender búsqueda de alguna taberna dónde pasar el rato.
—Thanks— Agradeció en su propio lenguaje a los presentes.
Alguno que otro querría ofrecerle una moneda, pero él no era un artista callejero que cantase por dinero. Simplemente se limitó a clavar parte del filo del arma en el suelo y alzar la mano diestra delante de si para negar y rechazar con cortesía los ofrecimientos de los presentes. "Ah joder, necesito tomarme algo dulce para recuperar las calorías." Se decía a sí mismo, que pese al frío del invierno aún tenía intenciones de refrescarse.
Siendo nativo de Amegakure como su placa indicaba, la temperatura de aquella ciudad de forjas se le antojaba más bien templada.
"Por aquí debe haber un lugar para descansar, aunque es la primera vez que visito la Espiral." La última vez solo había llegado hasta la zona fronteriza.
Simplemente recogería su arma y se la acomodaría a la espalda con la correa a la vez que levantaba la mochila que tenía cerca de sus pies, dispuesto a emprender búsqueda de alguna taberna dónde pasar el rato.