28/01/2020, 04:07
—Por supuesto que lo sé. Eres un pobre diablo —comentó Kana, desde algún lugar de la casa —. Pero resulta que me ha llegado un informe de mis subordinados. Un genin con una espada que se interpuso con su objetivo: secuestrar a la hija de unos acaudalados mercaderes cuyo carro había sufrido un desafortunado accidente.
Kazuma tragó saliva y sintió acelerarse su corazón.
—¿Te suena, Kazuma-kun? No fuiste precisamente amable con ellos, a juzgar por sus condiciones cuando llegaron a mí. Especialmente con el hombre.
—Conque de eso se trata, de una venganza… Supongo que tiene sentido —admitió mientras se recostaba de la pared, recuperando un poco la compostura, pues al menos entendía un poco mejor lo que estaba pasando—. ¿Sabes? Creo que no hay necesidad de pelear. Basta con dejarme ir y jamás volverás a saber de mí. Además, ¿correrás el riesgo de enfrentarme? No sabes que tan fuerte soy. O piensa en tu lindo vestido y maquillaje, ¿los echaras a perder solo para pelear conmigo?
No esperaba que Kana renunciase a sus intenciones, pues es muy difícil que una persona abandone semejante empresa cuando premeditada. Sin embargo, deseaba evitar el conflicto en la medida de los posible; después de todo, no le guardaba ningún rencor a aquel hombre y la mujer que le rescato. Incluso, no sentía nada demasiado intenso por la treta de Kana.
«Pero, aun así, es mejor prepararse», pensó.
2AO
Kazuma tragó saliva y sintió acelerarse su corazón.
—¿Te suena, Kazuma-kun? No fuiste precisamente amable con ellos, a juzgar por sus condiciones cuando llegaron a mí. Especialmente con el hombre.
—Conque de eso se trata, de una venganza… Supongo que tiene sentido —admitió mientras se recostaba de la pared, recuperando un poco la compostura, pues al menos entendía un poco mejor lo que estaba pasando—. ¿Sabes? Creo que no hay necesidad de pelear. Basta con dejarme ir y jamás volverás a saber de mí. Además, ¿correrás el riesgo de enfrentarme? No sabes que tan fuerte soy. O piensa en tu lindo vestido y maquillaje, ¿los echaras a perder solo para pelear conmigo?
No esperaba que Kana renunciase a sus intenciones, pues es muy difícil que una persona abandone semejante empresa cuando premeditada. Sin embargo, deseaba evitar el conflicto en la medida de los posible; después de todo, no le guardaba ningún rencor a aquel hombre y la mujer que le rescato. Incluso, no sentía nada demasiado intenso por la treta de Kana.
«Pero, aun así, es mejor prepararse», pensó.
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