28/01/2020, 16:47
Bendō le quitó importancia al tema del sombrero ante la insistencia de Hana; si quería quedárselo, suyo era. Cuando la chica aceptó entregar aquel mensaje, el chatarrero se limpió los morros llenos de salsa brava, bebió un largo trago de agua bien fría y sólo entonces habló.
—Busca a una kunoichi llamada Yume. Tiene el pelo blanco, un ojo verde y... —Bendō se metió la mano derecha entre los pliegues de su uwagi y sacó una pluma de águila, de color azul eléctrico—. Dale esto. Dile que la estaré esperando en el viejo castillo que hay al Este de aquí, el día de mi cumpleaños.
Aunque Hana no lo sabía, para Yume aquella fecha estaba clara en el calendario: Akame había nacido el día de Año Nuevo, el primer Hōyobi de Bienvenida.
—Busca a una kunoichi llamada Yume. Tiene el pelo blanco, un ojo verde y... —Bendō se metió la mano derecha entre los pliegues de su uwagi y sacó una pluma de águila, de color azul eléctrico—. Dale esto. Dile que la estaré esperando en el viejo castillo que hay al Este de aquí, el día de mi cumpleaños.
Aunque Hana no lo sabía, para Yume aquella fecha estaba clara en el calendario: Akame había nacido el día de Año Nuevo, el primer Hōyobi de Bienvenida.