28/01/2020, 16:50
Akame estuvo apunto de patearle los morros al chico cuando éste se le abrazó a la pierna por puro acto reflejo. Su cuerpo, bien entrenado, estaba acostumbrado a reaccionar de aquella forma cuando un desconocido se le abalanzaba con aviesas intenciones, aunque no fuese el caso. Sin embargo, los lloriqueos del tipo estaban lejos de ablandarle.
—¿Te pidieron diez mil ryōs? —cuestionó—. ¿Quién cojones es tu novia, la Emperatriz de Ōnindo?
El Uchiha le lanzó una mirada a Kaido que venía a decir "no creo que vayamos a sacar nada de aquí". Luego agarró al tipo por los hombros y buscó despegárselo de la pierna, lanzándolo contra la pared si lo conseguía.
—Si no tienes dinero, ¿cómo piensas pagarnos, compadre?
—¿Te pidieron diez mil ryōs? —cuestionó—. ¿Quién cojones es tu novia, la Emperatriz de Ōnindo?
El Uchiha le lanzó una mirada a Kaido que venía a decir "no creo que vayamos a sacar nada de aquí". Luego agarró al tipo por los hombros y buscó despegárselo de la pierna, lanzándolo contra la pared si lo conseguía.
—Si no tienes dinero, ¿cómo piensas pagarnos, compadre?