31/01/2020, 17:36
—Ohhh, eso tiene mucho sentido— Asintió. —Aunque si bien por aquí seguro lograrías encontrar una gran variedad de hachas, ninguna sería como Otome— Se ufanó mientras soplaba para levantar su flequillo. —La verdad, antes de ponerme a trabajar en Otome yo pensaba en comprar una katana o encontrar una forma de esconder una espada en ella. Sin embargo, al final me decanté por el hacha, aunque resultó algo más pesada de levantar por la hoja... Tuve que hacer algo de pesas— Levantó su brazo derecho y lo tensó para resaltar el músculo.
Por un momento se acordó de la época en la que Akane se burló de él por supuestamente tener poca carne, con una mezcla de alegría y melancolía. Rió un poco y luego suspiró para volver a recostarse en el asiento.
—Aunque aún así no puedo levantarla con una mano, y si lo hago no me es fácil maniobrarla. No es el arma más cómoda del mundo, pero hay pocas cosas en esta vida que puedan pararle un golpe de frente— Cualquier momento era bueno para presumir.
La muchacha al ver que el Yotsuki deseaba pagar, decidió hacerlo ella antes asegurando que estaba cerca más cerca de su tierra. El Yotsuki parpadeó y esperó a que ella regresara.
»Oeh, no tenías que molestarte. ¡Como se nota que eres amiga de Aotsuki! Cuando la invité a comer ella tampoco quiso que yo pagara la cuenta.
»Pero bueno. ¿Tienes alguna idea de qué clase de arma quieres? Podrías comprarte otra wakizashi, o una espada más grande... ¿Quizá podrías buscar algo más intimidante? He escuchado que las guadañas son muy difíciles de desviar, ¡además que imponen respeto!
Por un momento se acordó de la época en la que Akane se burló de él por supuestamente tener poca carne, con una mezcla de alegría y melancolía. Rió un poco y luego suspiró para volver a recostarse en el asiento.
—Aunque aún así no puedo levantarla con una mano, y si lo hago no me es fácil maniobrarla. No es el arma más cómoda del mundo, pero hay pocas cosas en esta vida que puedan pararle un golpe de frente— Cualquier momento era bueno para presumir.
La muchacha al ver que el Yotsuki deseaba pagar, decidió hacerlo ella antes asegurando que estaba cerca más cerca de su tierra. El Yotsuki parpadeó y esperó a que ella regresara.
»Oeh, no tenías que molestarte. ¡Como se nota que eres amiga de Aotsuki! Cuando la invité a comer ella tampoco quiso que yo pagara la cuenta.
»Pero bueno. ¿Tienes alguna idea de qué clase de arma quieres? Podrías comprarte otra wakizashi, o una espada más grande... ¿Quizá podrías buscar algo más intimidante? He escuchado que las guadañas son muy difíciles de desviar, ¡además que imponen respeto!