1/02/2020, 21:32
—¿Que lo sabías? Man, que a simple vista se nota que es un hacha. Tampoco es como si quisiera disimularlo, y aunque quisiera estaría difícil—
Daisuke mostró una sonrisa y llevó su mano izquierda a su propia nuca, levemente avergonzado por el comentario.
— Bueno, es que... Como no habías dicho nada, pensé que... querías ocultarlo. Aunque era bastante evidente.
—Meh, el pie de la letra acaba donde empieza el sentido común. No diría que protegido, más bien, le caí bien. Yo sólo he visto una vez en persona a Yondaime-sama, y si tuviera que elegir un adjetivo, diría que ella misma es la Tormenta.— Daisuke tragó saliva al escuchar aquel comentario. No se imaginaba a la Amekage y no quería hacerlo, pues, tal y como la había descrito, parecía una mujer horrible. —Nah, Amegakure es mi hogar y no hay un sitio mejor para mí. Para los extranjeros quizá sea demasiado rudo, pero es como los Hijos de Amenokami somos.
—Joder hombre, ¿te despides ya sin siquiera haberte presentado? ¡Ni nombre ni apellido has dado!—
La respuesta del Nara no se hizo de rogar.
— Ya, bueno... si los Hijos de Amenokami sois rudos, nosotros somos educados y respetuosos, aunque a veces perdamos las formas si se nos provoca. Después de todo, somos humanos y los humanos inteligentes aprenden de sus errores. — Respondió Daisuke, sonriendo. — Normalmente, si quieres saber el nombre de un desconocido, lo correcto es dar el tuyo primero. — Le recordó, con el rostro serio. — Pero ya que me lo has preguntado y yo también quiero saber cómo te llamas... — Añadió, realizando una breve pausa al final para generar cierta incertidumbre y captar su atención y curiosidad. — Me llamo Nara Daisuke. Encantado de conocerte. — Dijo finalmente el Nara mientras mostraba una sonrisa, aunque no estaba encantado precisamente, pero después de todo se trataba de una mera formalidad.
Daisuke mostró una sonrisa y llevó su mano izquierda a su propia nuca, levemente avergonzado por el comentario.
— Bueno, es que... Como no habías dicho nada, pensé que... querías ocultarlo. Aunque era bastante evidente.
—Meh, el pie de la letra acaba donde empieza el sentido común. No diría que protegido, más bien, le caí bien. Yo sólo he visto una vez en persona a Yondaime-sama, y si tuviera que elegir un adjetivo, diría que ella misma es la Tormenta.— Daisuke tragó saliva al escuchar aquel comentario. No se imaginaba a la Amekage y no quería hacerlo, pues, tal y como la había descrito, parecía una mujer horrible. —Nah, Amegakure es mi hogar y no hay un sitio mejor para mí. Para los extranjeros quizá sea demasiado rudo, pero es como los Hijos de Amenokami somos.
—Joder hombre, ¿te despides ya sin siquiera haberte presentado? ¡Ni nombre ni apellido has dado!—
La respuesta del Nara no se hizo de rogar.
— Ya, bueno... si los Hijos de Amenokami sois rudos, nosotros somos educados y respetuosos, aunque a veces perdamos las formas si se nos provoca. Después de todo, somos humanos y los humanos inteligentes aprenden de sus errores. — Respondió Daisuke, sonriendo. — Normalmente, si quieres saber el nombre de un desconocido, lo correcto es dar el tuyo primero. — Le recordó, con el rostro serio. — Pero ya que me lo has preguntado y yo también quiero saber cómo te llamas... — Añadió, realizando una breve pausa al final para generar cierta incertidumbre y captar su atención y curiosidad. — Me llamo Nara Daisuke. Encantado de conocerte. — Dijo finalmente el Nara mientras mostraba una sonrisa, aunque no estaba encantado precisamente, pero después de todo se trataba de una mera formalidad.