3/02/2020, 16:09
Daisuke escuchó con atención las palabras de su compañero.
—¿No puedes decir algo sin que suene pesimista? Joder, que yo no querría volver a la época de la tensión. No es para nada grato ir y cuidarse las espaldas no sólo de desconocidos, sino de viejos amigos...
— Tienes razón, aunque supongo que es mi manera de ser. Aun así espero que te vaya bien. — Respondió con sinceridad.
—Yo no puedo dar opinión de ello... No es como si conociera un bijuu o algo, pero tampoco me dejó guiar al cien por ciento de las historias... Como sea— Dijo el cantante mientras estrechaba su mano con la del Nara. —Ten un buen viaje de regreso a tu aldea, hasta luego, supongo.
— Nos vemos entonces. — Respondió Daisuke con una sonrisa mientras veía cómo el Gennin de Amegakure se daba la vuelta y comenzaba a alejarse de aquél lugar, dejando al rubio allí solo.
— Bueno, supongo que es hora de que yo también regrese... — Se dijo a sí mismo, con cierta pasividad. — Este chico... — Pensó, llevando su mano derecha al mentón. — Tendré que empezar a entrenar más duramente y a realizar más misiones, si no, no creo que le pueda considerar como a un igual, y así tampoco podré derrotarlo nunca en caso de que sucediera... — Suspiró. Aborrecía combatir, aunque si empezaba un combate, al menos se aseguraba de terminarlo, para bien o para mal. — Menudo fastidio.
Dicho esto, el joven Nara se dio media vuelta y comenzó a caminar tranquilamente, retomando el camino de vuelta a su casa mientras observaba con calma y detenimiento las nubes del cielo. Eran muy bonitas, y parecían suaves y esponjosas, como una cama bien mullida. Y también eran libres. Libres de peleas, de guerra y de altercados o dificultades. En realidad las envidiaba.
—¿No puedes decir algo sin que suene pesimista? Joder, que yo no querría volver a la época de la tensión. No es para nada grato ir y cuidarse las espaldas no sólo de desconocidos, sino de viejos amigos...
— Tienes razón, aunque supongo que es mi manera de ser. Aun así espero que te vaya bien. — Respondió con sinceridad.
—Yo no puedo dar opinión de ello... No es como si conociera un bijuu o algo, pero tampoco me dejó guiar al cien por ciento de las historias... Como sea— Dijo el cantante mientras estrechaba su mano con la del Nara. —Ten un buen viaje de regreso a tu aldea, hasta luego, supongo.
— Nos vemos entonces. — Respondió Daisuke con una sonrisa mientras veía cómo el Gennin de Amegakure se daba la vuelta y comenzaba a alejarse de aquél lugar, dejando al rubio allí solo.
— Bueno, supongo que es hora de que yo también regrese... — Se dijo a sí mismo, con cierta pasividad. — Este chico... — Pensó, llevando su mano derecha al mentón. — Tendré que empezar a entrenar más duramente y a realizar más misiones, si no, no creo que le pueda considerar como a un igual, y así tampoco podré derrotarlo nunca en caso de que sucediera... — Suspiró. Aborrecía combatir, aunque si empezaba un combate, al menos se aseguraba de terminarlo, para bien o para mal. — Menudo fastidio.
Dicho esto, el joven Nara se dio media vuelta y comenzó a caminar tranquilamente, retomando el camino de vuelta a su casa mientras observaba con calma y detenimiento las nubes del cielo. Eran muy bonitas, y parecían suaves y esponjosas, como una cama bien mullida. Y también eran libres. Libres de peleas, de guerra y de altercados o dificultades. En realidad las envidiaba.