4/02/2020, 17:41
Takumi pareció dudar sobre si tomar o no el dichoso apio de la señora, pero algo en su cabeza reaccionó, algo que seguro que compartían ambos compañeros, por ello tomó la bolsa con su marioneta, tomándola entre sus manos para luego dirigirse a Hiroki.
—Voy a devolverle el apio a la señora, intenta seguir al bicho y voy contigo en menos de un minuto. Cuanto antes nos libremos de esa quejicosa señora mejor, o al menos más tranquilos vamos a trabajar...
—Genial, ¡ahora nos vemos! —levantó su pulgar derecho y salió tras el animal.
Takumi iría en busca de la señora para devolverle su apio, encontrándola sentada cerca del sitio donde se habían encontrado. Estaba sentada en un banco de piedra, con los brazos cruzados, con cara de pocos amigos.
—¿Y bien? —preguntó nada más ver al marionetista.
—Voy a devolverle el apio a la señora, intenta seguir al bicho y voy contigo en menos de un minuto. Cuanto antes nos libremos de esa quejicosa señora mejor, o al menos más tranquilos vamos a trabajar...
—Genial, ¡ahora nos vemos! —levantó su pulgar derecho y salió tras el animal.
Takumi iría en busca de la señora para devolverle su apio, encontrándola sentada cerca del sitio donde se habían encontrado. Estaba sentada en un banco de piedra, con los brazos cruzados, con cara de pocos amigos.
—¿Y bien? —preguntó nada más ver al marionetista.