15/02/2020, 12:00
Una fracción de segundo. Eso fue la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Kazuma era habilidoso para su nivel y bastante imaginativo con sus trucos. Kana, por el contrario, era una mujer rápida y letal: ella prefería actuar y abrumar a su enemigo con su poder superior, y en caso de no poder, huir con la mayor efectividad posible. Kazuma sin embargo, la sorprendió: colocó un sello explosivo en la puerta, que ella misma podría haber reventado de haberla echado a bajo en lugar de la pared.
En cuanto vio a Kazuma ejecutar un sello, Kana movió sus brazos de chakra, en busca de protección.
La explosión la envolvió. La edificación se tambaleó, destrozando la puerta, la pared y echando parte del techo abajo.
Sin embargo, cuando el humo se disipó, Kazuma podría verla en la misma posición, protegida por sus brazos de chakra. Varios escombros yacían a su lado pero no parecían haberla golpeado. Sus brazos de chakra estaban quebrados, pero continuaban funcionando. La experiencia la había enseñado a protegerse ante todo tipo de situaciones y estaba intacta. Aun así, la habían sorprendido: si el sello no hubiera sido uno tan débil, podría haber recibido daños serios.
Temblaba, de pura rabia.
— ¡Maldito niñato! — Con sus dos brazos de chakra, agarró trozos de madera caídos y sueltos por la explosión, y los arrojó contra Kazuma. Desde luego, era un proyectil más poderoso que un shuriken. Dos trozos de escombro se dirigían hacia el chico a gran velocidad.
Kazuma era habilidoso para su nivel y bastante imaginativo con sus trucos. Kana, por el contrario, era una mujer rápida y letal: ella prefería actuar y abrumar a su enemigo con su poder superior, y en caso de no poder, huir con la mayor efectividad posible. Kazuma sin embargo, la sorprendió: colocó un sello explosivo en la puerta, que ella misma podría haber reventado de haberla echado a bajo en lugar de la pared.
En cuanto vio a Kazuma ejecutar un sello, Kana movió sus brazos de chakra, en busca de protección.
La explosión la envolvió. La edificación se tambaleó, destrozando la puerta, la pared y echando parte del techo abajo.
Sin embargo, cuando el humo se disipó, Kazuma podría verla en la misma posición, protegida por sus brazos de chakra. Varios escombros yacían a su lado pero no parecían haberla golpeado. Sus brazos de chakra estaban quebrados, pero continuaban funcionando. La experiencia la había enseñado a protegerse ante todo tipo de situaciones y estaba intacta. Aun así, la habían sorprendido: si el sello no hubiera sido uno tan débil, podría haber recibido daños serios.
Temblaba, de pura rabia.
— ¡Maldito niñato! — Con sus dos brazos de chakra, agarró trozos de madera caídos y sueltos por la explosión, y los arrojó contra Kazuma. Desde luego, era un proyectil más poderoso que un shuriken. Dos trozos de escombro se dirigían hacia el chico a gran velocidad.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60