16/02/2020, 12:34
—¡Oh, genial! ¿Ya puedes sellar objetos, no? ¿Tienes algún pergamino? ¿Qué has practicado?
El orgullo de Hana se infló como una pelota de playa, alegre de ver a su sensei tan contenta con ella. Iba a empezar a relatarle todo lo que había hecho para llegar hasta donde estaba, desde ir a la academia a pedir prestados libros sobre Fuinjutsu hasta el tiempo que paso con Datsuse, estudiando en el parque. Pero fueron gratamente interrumpidas por comida.
—¡Que aproveche!
— Muchas gracias. — respondió educadamente Hana con una sonrisa para el hombre.
En el breve tiempo entre que el hombre había dejado los boles y Eri había dicho que lo probase, Hana ya se había llevado a la boca un trozo de verdura y otro de carne, apenas les había soplado un poco y para adentro, siempre había tenido cierta resistencia a la comida caliente. Tragó rápidamente para contestar a su sensei.
— ¡Está riquisimo, Eri-sensei! Está claro que sabes lo que te haces. — alagó la genin antes de volver a meterse comida en la boca, esta vez fideos.
Hana estaba absorta en su bol, pensando una ruta de orden en qué comerselo todo. No sabía si ir primero a por los fideos y después la carne o al revés, no le convencía intercalarla.
El orgullo de Hana se infló como una pelota de playa, alegre de ver a su sensei tan contenta con ella. Iba a empezar a relatarle todo lo que había hecho para llegar hasta donde estaba, desde ir a la academia a pedir prestados libros sobre Fuinjutsu hasta el tiempo que paso con Datsuse, estudiando en el parque. Pero fueron gratamente interrumpidas por comida.
—¡Que aproveche!
— Muchas gracias. — respondió educadamente Hana con una sonrisa para el hombre.
En el breve tiempo entre que el hombre había dejado los boles y Eri había dicho que lo probase, Hana ya se había llevado a la boca un trozo de verdura y otro de carne, apenas les había soplado un poco y para adentro, siempre había tenido cierta resistencia a la comida caliente. Tragó rápidamente para contestar a su sensei.
— ¡Está riquisimo, Eri-sensei! Está claro que sabes lo que te haces. — alagó la genin antes de volver a meterse comida en la boca, esta vez fideos.
Hana estaba absorta en su bol, pensando una ruta de orden en qué comerselo todo. No sabía si ir primero a por los fideos y después la carne o al revés, no le convencía intercalarla.